Capítulo IX

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Parecía que el tiempo se había vuelto loco, así como la noche se les había hecho corta, la mañana y buena parte de la tarde se les hacía eterna.

- Amy

Estaba un poco nerviosa, mi madre la noche anterior me había contado algunas de las experiencias que ella había tenido cuando joven. Las muchas ocasiones que rechazó a varios hombres, como alguna que otra vez, que se arrepintió por no haberle dado una oportunidad a más de alguno. Claro que todo eso había cambiado cuando conoció a mi padre.

Según lo que había dicho mi madre, luego que hablé sobre Matías, lo que pasaba en ocasiones y creía que me pasaba, ella llegó a la conclusión: A tu edad ya deberías afrontar tus sentimientos, y admitir que ese joven, Matías, es de tu interés y lo que vas conociendo de él, te ha gustado.

Tenía razón con respecto a la edad y afrontar mis sentimientos, parecía que Matías me gustaba, al menos lo que llevaba conociendo de él. Cuando le conté sobre mi inseguridad de si le podría gustar, ella contestó: Hija, un hombre será muy rara la vez que te llegue a decir, Me gustas. Pero, nunca podrán ocultarlo, sus acciones, sus constantes miradas y muestras de interés, te harán notar lo que sucede, pero debes asegurar que te hablen con la verdad y lo notas cuando con su actuar realizan pequeños detalles de los que te darás cuentas o con sus palabras, cuando su mirada ve directamente tus ojos.

Estaba decidida a mostrar mayor interés en Matías y de manera indirecta dejar señales de lo que estaba sintiendo por él.

-Matías

En mi mente había repetido quizás unas 25 veces la manera en la que le diría a Amy que me gusta. Había hablado con Duke sobre mi situación y aunque había sido muy serio conmigo, me apoyo en todo y me dio ciertos consejos que según él podrían servirme para llevar a cabo mi plan.

El señor David se había extrañado que no pidiera permiso para retirarme antes, tanto que me dijo que lo acompañar a almorzar. En medio del almuerzo, hablamos de gran cantidad de temas, incluyendo experiencias que se habían dado en su juventud y a lo largo de toda su vida. En muestra de confianza, le platiqué varios acontecimientos con lo que iba cargando en mi vida, me dio varios consejos, luego de eso me preguntó:

-¿Y ahora tienes a alguien a quien le pertenezca tu corazón o tus pensamientos?

-¡Ay, jefe! Si usted supiera.

-A ver muchacho cuéntame, que tenemos tiempo, ¿no es así?

-Claro que sí.

-¿No tienes que irte a casa o sí?

-No, y ya verá a qué se debe.

-Muy bien muchacho, suéltalo. -Dijo riendo-

David, era el tipo de señor que a pesar de la edad que tenía no había perdido aquella juventud que muchos pierden al llegar a cierta edad. Molestaba como un joven, hacía bromas como un niño y aconsejaba como padre, contaba historias como un abuelo, pero sin dejar de lado aquel carisma. Le conté todo lo que había pasado, desde el momento en que conocí a Amy, hasta lo que podría pasar hoy e incluso, mencioné la reunión a la que ella me había invitado el siguiente sábado.

Su impresión fue grande, cosa que me dejó sorprendido, no creí que tomara la situación de esa manera, pero cuando finalicé su semblante se volvió serio y comenzó:

-¡Ay, Matías! ¿Cómo crees que esa jovencita no va gustar de ti? Mira, si hay algo que yo hubiera querido para mis hijas, es un hombre como tú. Eres muy honrado, respetuoso, carismático, eres estudiado, muy trabajador y mal porte no tienes. Esa mujer ha de estar ilusionada contigo, de tal manera que ni tú mismo te lo has de creer. Mi mujer hubiera escuchado lo que me acabas de contar y estaría embobada.

-Qué cosas dice David, ella no me ha dado indicios de sentir algo por mí o al menos yo no lo he notado.

-Hijo, ¿crees que ella hubiese tomado la actitud que tomó cuando le propusiste salir o te hubiera invitado a una actividad familiar si no le gustaras?

-Pues, quizás lo habrá hecho por pena o no lo sé.

-Matías, no hay más ciego que el que no quiere ver. La jovencita gusta de ti, has de notarlo pronto. De eso no hay duda.

Seguimos platicando por un buen rato, luego Duke había llegado a Nellvis, indicándome que se encontraba en la plaza central, me despedí de mi jefe, quien me había prometido que si las cosas salían bien con Amy, me daría el siguiente sábado libre.

Cuando llegué a la plaza central, ahí estaba Duke, con el pequeño Charlie y Mily, me acerqué a ellos y tomé al pequeño en mis brazos, luego de saludar a todos. Hablé un rato con Duke y me entregó las llaves de su auto, nos despedimos y prometí llevar su auto a temprana hora el siguiente día. Iba prestar el auto a un amigo, para poder llevar a Amy después de la cena a su casa, pero cuando se lo comenté a Duke, ofreció el suyo. Y no me dio oportunidad a no aceptarlo.

Amy salía de trabajar a las 7:30pm, hice algunos encargos propios y antes de ir por ella al café, compré unas cosas que podría llevarle al día siguiente a mi abuela, ya que iría de visita.

Pronto llegué a café y me estacioné en el pequeño parqueo que había. Vi cómo se iban retirando varios de los que laboraban con ahí, hasta que observe que ella junto con otra chica, que veía para todos lados como buscando a alguien, salían del lugar.

Inmediatamente me bajé del auto, y me acerqué a donde ellas se encontraban, fue entonces cuando:

-Buenas noches. -Dije saludando-

-Buenas noches. -Contestaron ambas al unísono-

-Creo que ya me voy jefa -dijo la chica que la acompañaba y se retiró riéndose un poco nerviosa-.

-Adiós, Marie.

-Adiós, linda noche. -dije- ¿Qué tal te fue?

-Todo bien, ¿y a ti?

-Igual, todo salió muy bien.

-Eso me alegra. ¿Me esperas un momento? Sólo reviso que todo se quede bien cerrado y nos podremos ir.

-Claro, toma tu tiempo. ¿Quieres que te ayude?

-Gracias, podrías verificar si las ventanas de aquel lado -dijo señalando el costado derecho del café- están bien cerradas.

-Okay.

Terminamos de ver que todo estuviese cerrado y comenzamos a caminar.

-¿Lista?

-Sin duda alguna.

-Bien vamos -dije señalando el auto-.

-¿Y eso?

-No tengo auto y tú lo sabes, sin embargo, hubo alguien que me ha prestado este, para poder llevarte a casa.

-Muy bien, pero no te hubieras molestado tanto Matías, de igual forma gracias.

Nos dirigimos a uno de los restaurantes que había en Nellvis, mis nervios estaban por traicionarme. Ella se veía más linda de lo normal y aunque se lo había dicho cuando nos vimos por la mañana, no lo había hecho como hubiese querido, no con las palabras que hubiese querido usar.


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¡Hola! Jaja espero les guste este capítulo, perdón si les estoy haciendo larga la espera por saber qué pasa en su primera cita /.\

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Pronto les traigo el siguiente capítulo :3

Amor de OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora