CAPÍTULO XXIII (II)

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Mientras iban de regreso a la ciudad iban tomados de la mano, aquel momento les trajo recuerdos de vuelta. Matías le había invitado a Amy a quedarse en su casa, diciéndole que para Danna sería una agradable sorpresa verla ahí. Y que no sería ninguna molestia, sin embargo, ella prefirió quedarse en la casa de Dustin, sin dejar de agradecerle el gesto. Pero había aceptado ir a visitarle para poder ver a la pequeña Danna.

Llegada la noche Matías la fue a dejar a la casa de Dustin, quedando en verse al día siguiente, él llegaría al Viejo Café del Pueblo con la pequeña Danna. Y luego irían a algún lado. Justo al despedirse, Matías le dijo:

-¿Recuerdas la primera vez que salimos juntos? Cuando te llevé por primera vez a casa -mientras acortaba la distancia-

-Lo recuerdo muy bien -dijo con una sonrisa en su rostro-.

-Esa noche, cuando nos despedimos, estaba muy nervioso, quería darte un corto beso, pero no sabía cómo reaccionarías y temía que no fuera de la mejor forma, así que no tuve el valor suficiente para hacerlo.

-¿En verdad? Te contaré un secreto -rió levemente- esa noche esperaba que lo hicieras, me decepcioné un poquito cuando no pasó.

-¿Es en serio? -Dijo sonrojado y con gran sorpresa- luego me arrepentí de no hacerlo.

-Pero, luego lo dejé atrás, pensé que tendríamos otro momento para nosotros.

-Claro, y así fue -dijo quitando toda distancia que les separaba, tomándola por la cintura y dándole un corto beso-.

-Perdona por todo lo que pasó en este tiempo, por lo que hicieron mis padres y por las actitudes que tomé en algunas ocasiones.

-Perdóname tú a mí, por ocultarte lo que no había dicho, por no haber buscado otros medios para poder ir por ti.

-Ambos tenemos cosas por las cuales pedir perdón, pero creo que con todo lo de hoy, hemos arreglado de alguna forma lo sucedido.

-Gracias por esta nueva oportunidad que nos estás dando Amy -le besó- nos vemos hasta mañana, linda noche.

-Gracias a ti Mat, nos vemos luego.

Matías se retiró del lugar hasta asegurarse que Amy entraba a la casa de Dustin. Al llegar en la mesa del comedor, Dustin y Rita la esperaban sentados. En el momento que los vio ahí, comenzó a reír, ellos hicieron lo mismo.

-Creo que mis padres nunca hicieron eso -dijo entre risas- pero agradezco que ustedes lo hagan.

-Es un placer por nosotros, además nos tenías muriendo de nervios por saber lo que ocurrió en todo este tiempo.

Rita le extendió una taza con café y Amy se sentó, comenzó a contarles parte de lo ocurrido, se sentía muy bien sabiendo que contaba con ellos dos, quienes se habían vuelto su familia. Le era satisfactorio saber que había dos personas con las que podía hablar de cualquier cosa y le hacían sentir bien.

Ciertamente con sus padres había tenido conversaciones de otro tipo, pero era distinto, con ellos siempre tenía que tener el cuidado de no hablar cosas que supiera les pudieran desagradar.

Cuando Rita y Dustin se fueron a dormir, Amy igual pero no podía pegar los ojos, por estar pensando en todo lo que había pasado. Le emocionaba el saber que vería a la pequeña Danna.

- Matías

Le agradezco al cielo, por la oportunidad que me está dando con Amy, ella es una persona verdaderamente asombrosa. No puedo creer que haya sido capaz de venir sólo por arreglar los malentendidos que pasaron entre nosotros. Ahora sé que debo hacer las cosas bien para que nada arruine lo que entre nosotros puede haber, sé que aún no somos pareja, pero en lo que sucede, quiero demostrarle lo mejor que puedo hacer por ella. No quiero que se repitan o se den nuevos errores que nos separen.

Amor de OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora