Capítulo 6

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Mael meditaba de regreso sobre como habían llegado los Maddox hasta ese punto. En como la única familia con el gen había terminado siendo excluida del clan.

Aunque para ser justos, no habían sido excluidos. Uno había sido secuestrado, dos habían abandonado la manada por voluntad propia para buscar al primero y el último había sido repudiado y vivía aislado, pero aún dentro del territorio de los Lykos.

Mael se detuvo un momento, levantó la cabeza e inspiró hondo. Dobló a un lado y cuatro zancadas después se detuvo junto a un árbol, alzó el brazo y cogió la bolsa. Entonces se cambió de ropa antes de volver, no quería que alguien terminase oliendo al hechicero en su ropa.

Mael subió los pantalones por sus musculosas piernas, que se ceñían a la perfección. Tiró la camiseta sobre el hombro y metió la ropa que acababa de quitarse en la misma bolsa y volvió a ponerlo en la parte de arriba del árbol. La idea es que de esa forma nadie encontrase la ropa, no fuese que lo dejase enterrado en la base del árbol y alguno de los suyos la desenterrase confundiéndolo con los kits que tenían esparcido por todo el territorio. Ya se encargaría de deshacerse de ella más tarde.

Metió los pies en las zapatillas y siguió andando mientras se abrochaba los pantalones. La suave brisa meció su pelo, haciendo que las puntas le acariciasen sus marcados pectorales y las cosquillas que le provocaron hizo que se le tensasen los músculos del abdomen. Mael echó la cabeza atrás, retirándose el pelo con el movimiento, y se puso la camiseta, que al igual que los pantalones le marcaban los músculos demasiado bien.

Flexionó los brazos, y tensó los bíceps, para ver que tan apretado le quedaba la camiseta. ¿Había vuelto a ganar masa muscular? Mael frunció el ceño, le resultaba raro que fuese así, dado que últimamente apenas había tenido tiempo de entrenar con Drew, ni de hacer sus rutinas de ejercicios para mantener al lobo a raya. Bueno, de momento la sangre le circulaba, así que podía dejar esa preocupación para más adelante.

Para cuando Mael llegó a la manada, le pareció muy raro no encontrarse con nadie por el camino. Entonces siguió andando hasta la plaza, que era donde todos se reunían cuando había algún problema. Y dado como estaban yendo las cosas, un problema más era todo lo que necesitaba para terminar con su cordura.

En la plaza estaban todos, como supuso. Estaban cuchicheando y murmurando entre ellos.

Mael caminó hasta el centro del local, tratando de no levantar mucho polvo en el camino que fueron abriendo las personas que tenían cerca. Ese tipo de cosas le encantaba de su estatura, nunca pasaba desapercibido y siempre le abrían el camino, como si percibiesen que estaba allí aún cuando no había dicho nada. Si bien eso también podría deberse a que era el alpha y ellos eran individuos de su manada.

Cuando llegó al centro de la estancia, se encontró a un grupo de hombres y mujeres agrupados. Eran bastante variopinto y dado que llevaban bolsas y mochilas, supuso que se trataba de los Apuã.

Apenas le bastó una mirada alrededor para encontrar a Sam, que estaba junto a una pareja.

La mujer era algunos centímetros más alta que la propia Sam, lo cual era mucha altura para una mujer. Bueno, para una loba. Su piel era del color del caramelo y los rizos castaños caían por su espalda en un degradado, donde las puntas rubias le llegaban a media espalda.

Estaba de cara a Sam, con lo cual Mael solo podía ver su espalda, sin embargo no le hacía falta ver más que eso para saber que se trataba de una de las gatas. Gesticulaba en exceso con las manos y tanto la camiseta de tirantes como los pantalones cortos que llevaba eran de diferentes tonos de verde y hacían destacar su figura con curvas prominentes.

El hombre era bastante más alto que Sam, su piel era un par de tonos más oscura que la de la mujer, era de piel morena tirando a caramelo. Entre el peinado undercut que le llegaba hasta el mentón, los pantalones negros con rajas en las rodillas, la camisa de cuadros negros y rojos atado a la cadera, unas All Star negras y una camiseta blanca de manga corta con unas letras en mitad del pecho que decía "Stop Wars" en negro. Por la tipografía de letra, era un fan de Star Wars.

Alianza Dominante  (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora