Todos hemos pecado, en pensamiento, palabra, obra y omisión, pero si te arrepientes de corazón al final se te perdona y te quitan de todos tus pecados.
Pero eso solo sirve para ponis comunes. Cuando eres alguien tan importante y conocido cualquier...
La noche había caído en Canterlot y aquello hacía sentir a la princesa aún más miserable y triste, recordando el haber fracasado como una buena hermana mayor. Y es por eso que utiliza ese momento del día para hundirse en tareas y compromisos para no tener que pensar en aquello.
Aunque le dolía tener que analizar y leer una pila de papeles en su amplio y muy organizado escritorio. Estaba angustiada después de haber visto a Twilight con tal magia tan singular, no es algo normal en un unicornio y Celestia temía la razón de tal exorbitante poder.
—Estás viendo fantasmas, Celestia, solo sigue adelante —se repite a si misma mientras mueve uno de los cajones de su mesa.
Cuando lo revisa con mayor detenimiento se da cuenta que, escondido entre los libros de cálculos, hay un pequeño panfleto el cual con letras grandes destaca la frase «Investigaciones Equestres para casos extraordinarios», se le había olvidado que lo tenía ahí después de la última vez.
—Mamá, de verdad trabajas de formas misteriosas —susurra para sí misma sujetando con mayor fuerza el pedazo y valioso papel observando la dirección en el documento.
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Calles de Canterlot.
Una unicornio amarilla, crin blanca, ojos dorados y con la Cutie Mark de un sol con una nube tapándolo, camina con sigilo y cuidado por las ruidosas y concurridas calles de la capital de Equestria. Con sumo silencio cruza una esquina quedando al frente de un local pequeño, colores opacos pero con un enorme y lujoso letrero en forma de lupa.
—Perfecto —susurra entrando en el establecimiento encontrándose una unicornio blanca, con crin negra y con un traje impidiéndole ver su Cutie Mark. Estaba detrás de un amplio escritorio.
—Señorita Star, buenas noches, ¿qué se le ofrece? —pregunta la empleada con una radiante sonrisa al reconocer a la unicornio.
—Lo de siempre, quisiera hablar con el investigador Wolf.
—Por supuesto, está en su oficina, puede pasar si gusta.
La unicornio asiente y comienza a caminar entre los lujosos pasillos del establecimiento, había ido tantas veces a aquel lugar que ya conocía los caminos.
Después de un rato logra llegar a una oficina donde en grande está una placa dorada. Entra con cuidado al cuarto encontrando a un unicornio café claro, crin de una tonalidad más oscura y con la Cutie Mark de un lobo junto con una lupa.
—¡Mi cliente favorita! —saluda con felicidad el semental yendo a abrazar a la unicornio.
—Lo mismo digo.
—Y dime, ¿qué haces aquí tan pronto? Hace apenas una semana te entregué el informe de esa potrilla.
—Sí, lo sé, pero es que quiero que investigues a otra potrilla —de su alforja azul saca con su magia un papel entregándoselo al semental—, y quiero que a esta le pongas especial énfasis.
