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La idea de un viernes por la noche, para la mayoría de personas de su edad, era beber hasta perder la conciencia, bailar con tanta gente sea posible en una pista de baile donde el sudor ajeno se pegue al propio y terminar en la cama  de alguien que acabas de conocer.

Pero para Jungkook, aún en sus veinticinco años, era mucho más divertido pasar la noche de un sábado bajo una casita de mantas, viendo por nonagésima vez La Cenicienta, con su hija recostada entre sus piernas, comiendo helado de Galleta.

Esa noche podrían dormir hasta tardé, podrían comer postre en la cena y vestir iguales con dibujos de Rilakkuma,  porque es cumpleaños de Nayeon.
































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Las puertas del estudio se abren dejando entrar al joven del cabello rubio y saco a cuadros, que ocasionalmente llega por esos rumbos a altas horas de la noche, siempre en busca de cierto bailarín.

Taehyung recibió un mensaje esa tarde de parte de su mejor amigo pidiendo verlo en el estudio al terminar la práctica, cosa que no sucedería hasta dos horas después de la llegada del profesor, porque conoce lo suficientemente bien a Jimin y su obstinada personalidad de seguir ensayando aunque su cuerpo le grite clemencia.

Afortunadamente, no se queda solo y su novio siempre le obliga a salir de ahí, aunque no es nada sencillo porque "Una vez más, Yoongi, juro que es la última" y así, Taehyung y Yoongi se hicieron buenos amigos, esperando que el peli gris estuviera medianamente satisfecho con su coreografía.

No es de sorprenderse que el salón III sea el único con las luces encendidas a esa hora de la noche.

Jimin está practicando para la audición que MNH  Entreteiment estaba realizando en busca de nuevos bailarines para Chungha y no hay poder humano en la tierra que lo despegue de ese suelo de madera hasta que o se le rompan las piernas o le quiten la electricidad.

Taehyung entra con su mochila al hombro, saludando en silencio al chico de cabello oscuro sentado en la esquina del salón, observando a su novio bailar.

—Hola Tae.—el peli negro se acomoda la gorra y parte de su flequillo cae, formando una "," en su frente que Taehyung mira por quizás demasiado tiempo.— Uh... ¿Taehyung?

El profesor espabila y zarandea su cabecita a los lados varias veces.—Perdona, me acordé de alguien. ¿Cómo estás?

—Aaah, Taehyung-ssi, no puedes mentirme.— Min se sienta con las piernas abiertas al compás y sus talones juntos, en posición de mariposa.— ¿En quién pensabas, hm?

Un novio para papá| KookTae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora