6: Cena Familiar Navideña.

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Espero que haya quedado mucho mejor que el anterior. También quedó corto pero mucho más presentable

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La mesa estaba cubierta por un largo mantel blanco con algunas flores rojas bordadas dándole ese ambiente navideño que ameritaba la ocasión, platos con comidas realmente apetecibles decoraban la superficie de un extremo a otro haciendo que cualquiera que oliera aquello sintiera su estómago rugir. Las conversaciones iban y venían, risas, murmullos entusiasmados, sonrisas discretas y suaves caricias bajo la mesa.

Azirafel se sentaba en un extremo y Crowley en otro, las dos partes de su familia estaban acomodadas cada una a su costado mientras sonreían y charlaban; Anathema charlaba en voz baja con Sam al otro lado de la mesa sobre un libro en específico mientras Pulsifer y Gabriel se lanzaban guisantes de manera discreta con ayuda de la cuchara; Adán y Jack hablaban sobre lo genial que será abrir los regalos después de la cena, Dean y Cass le contaban Crowley sobre un caso en específico que incluía a un wendigo mientras que Azirafel formaba parte de la conversación de Anathema y Sam.

La comida iba desapareciendo, todos parecían disfrutar y Crowley no sabía qué hacer, estaba concentrado intentando encajar lo que tenía en frente con lo que antes había sido su vida. Ya no se trataba sólo de Azirafel y Castiel, eran más personas que Crowley apreciaba y por las que haría cualquier locura como meterse a una iglesia...bueno, quizá no tanto por ellos pero al menos lo intentaría.

A donde sea que mirara había alguien sonriendo y riendo, había una persona dispuesta a tener una conversación con él de cualquier tema y sin intenciones de lanzarle agua bendita sólo por mostrar sus amarillentos ojos...tal vez Dean aún lo pensaba pero se había comportado bastante desde que volvieron del supermercado.

—Siento que debo elogiar la cena que Azirafel ha preparado o algo—murmuró Dean pensativo haciendo que Cass riera entre dientes.

—Seguro papá apreciaría que elogies más su postre—declaró Castiel haciendo que Crowley sonriera en respuesta.

—No entiendo por qué tiene una biblioteca y no una pastelería—murmuró Crowley de manera pensativa haciendo que Cass le mirara.

—Quizá nunca se le ha ocurrido—sugirió el ángel pelinegro encogiéndose de hombros—Y sabes que ama sus libros casi tanto como tú el auto.

—No me gusta la forma en la que te diriges a mi Bentley, jovencito—Crowley lo señaló con un tenedor haciendo reír a Dean.

—Tiene esa costumbre de menospreciar a los autos—asintió Dean llenándose la boca de puré de patatas.

—Quizá no lo haría si no quisieras al auto más que a mí—gruñó Castiel haciendo un mohín y cruzándose de brazos.

Crowley miró entretenido aquel intercambio, sintiéndolo demasiado familiar.

—Ingenuo de tu parte asumir que amo más al auto que a ti, Castiel—gruñó Dean—Me voy a casar contigo, ¿no?

Las conversaciones en la mesa se silenciaron lo suficiente como para que aquella declaración de parte del cazador resonara por todo el comedor hasta llegar a cada uno de ellos. Dean no fue consciente de lo que dijo hasta que las palabras hubieran tomado sentido en los demás haciendo que su masticar fuera más pausado hasta detenerse, mirando fijamente su plato.

Castiel se tensó en su lugar mientras Dean recapacitaba y lo miraba con pánico; Gabriel le miraba con burla mientras Sam se iba haciendo pequeño en su silla temiendo otra guerra de comida como la del búnker. Las charlas se silenciaron y todas las miradas cayeron en esa pareja que estaba junto al demonio de cabello color borgoña.

Family Dinner II.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora