'Todo estará bien, mi doctor' Johnlock

Como en los viejos tiempos ¿No?

Narra Sherlock:

Tras unos minutos esperando a la contraria pude escuchar el timbre sonar, al ver como John estaba en el suelo le hice una señal para que entendiese que ya iba yo, que no se molestase; fui hacia la puerta y gire el pomo mientras se escuchaba a lo lejano las risas de la menor, luego alcé mi mirada para observar los ojos de la contraria y poder deducir que había pasado una noche 'movidita' donde posiblemente se hubiese ido a beber hasta altas horas de la madrugada '¿Despedida de soltera?' fue la primera hipótesis que paso veloz por mi mente, intente mostrarle una sonrisa pese a que se noto levemente falsa, cosa que me puso serio casi al instante.

- Hola Molly ¿buena despedida de soltera la de anoche? -Dijo el contrario mientras cerraba la puerta tras la muchacha, pudo notar el rubor de esta-

- ¿T-tanto se me nota? -Confeso intentando quitar su sonrojo como si fuese una simple mancha- 

- No tanto, ya sabes como soy -dijo mientras soltaba una casi inaudible risa y caminaba tras Molly hasta ver a la pequeña que aplaudía la llegada de la contraria-

- Gracias otra vez, Molly, siento llamarte tan a menudo - Dijo el rubio mientras se levantaba sonriendo a su amiga, luego, fue para acercarse al pelinegro- Entonces.. ¿Vamos?

- Claro que si, adiós Molly -dijo mientras agitaba su mano y se dirigía a la puerta para abrirla y salir de la casa del contrario, que sin querer, a veces se le hacia incomoda, el detective alzó su mano para pedir un taxi y sumirse en sus pensamientos con la mirada fija en el paisaje-

No voy a mentir, la idea de resolver un caso me emocionaba como cuando a un niño le daban un nuevo juguete o una paleta, al fin, yo, el famoso Sherlock Holmes y mi ayudante John Hamish Watson juntos como en los viejos tiempos, añoraba aquello, desde que había llegado Mary, John se había alejado de mi de una manera radical y de una forma u otra no podía evitar enfadarme levemente por aquello, llegando a resolver estúpidos casos solo para estar con el unos minutos; cuando Mary se quedo embarazada pude comprender que nada volvería a ser lo mismo y cuando se sacrifico por mi.. dios, fue la gota que colmo el vaso de mi compañero, y, como antes dije, ya nada volvió a ser lo mismo. ¡Maldita sea! Daría mi carrera si hiciese falta o mi vida solo por volver al pasado, a ese tan dulce pasado. Solo, en contadas ocasiones, mi subconsciente me devolvía al pasado y esas leves horas de sueño, no eran otra cosa, que unas gustosas horas. 

Pero mi mente era traicionera y a veces sentía una bala atravesar mi piel y me despertaba en la madrugada sudando, y con la respiración tan agitada como si me fuese a dar un ataque o algo parecido, creo que la gente lo llama 'pesadillas' particularmente, me gusta llamarlo 'malos recuerdos' pero, no negare, que pesadillas suena bien. Al instante pude notar como una cálida mano tocaba mi hombro con delicadeza y lo agitaba un poco, volví a la realidad, la realidad donde esas pesadillas no eran otra cosa que mi día a día.

- Sherlock, ya llegamos, te quedaste embobado -Confeso el rubio mientras posaba sus bellos ojos azules en su persona, Sherlock recordó al instante donde estaban- El caso no se va a resolver aquí dentro -añadió John mientras soltaba un ligero suspiro saliendo del taxi-

- Oh, claro -dijo el pelinegro mientras habría la puerta de su izquierda y pagaba al taxista, se limpio la chaqueta con cuidado y vio a varios policías ya bastante conocidos-

La escena del crimen era un tanto misteriosa, cosa que me motivaba a continuar así que, pasando la linea policial, me adentre a la vivienda a un paso decidido llegando hasta la habitación donde la pareja yacía muerta, comencé a investigar las pruebas mientras mi amigo revisaba los cadáveres.

- La chica rubia murió ayer pero, la del pelo castaño no sabría decirte ¿hace unos minutos? El cuerpo sigue un tanto cálido - Dijo John que tocaba la cara de la castaña con delicadeza con sus respectivos guantes-