Especial boda (2/2)

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Narra Sherlock:

Ya es el dia, hoy, 14 de Octubre, hoy, me caso con John; mismamente por eso, por la noche no he podido conciliar el sueño de ninguna de las maneras, por suerte, mi, proximamente, marido, tampoco podía y podíamos expresar lo que sentiamos bajo esa cálida manta que nos tapaba hasta, aproximadamente, la altura del pecho. Antes de hablarle, tome el teléfono mientras entrecerraba los ojos por el potente brillo del celular, cuando mis ojos se adaptaron a aquel brillo, vi que eran las cuatro y media de la mañana y solté un sonoro suspiro apagando el aparato para colocarlo en la mesilla nuevamente, ladeando mi rostro y topándome con los del contrario que me miraba expectante.

- No puedes dormir ¿cierto? -Dijo el rubio que observó cómo el contrario asintió, por eso, decidió continuar hablando- ¿Es por la boda? ¿Estas nervioso?

- Supongo que si, nunca me he casado -dijo el pelinegro alzando sus hombros provocando una dulce risa de su pareja-

- Yo si, y estoy incluso más nervioso -Confesó este mientras se acercaba más al joven-

- Serás un buen marido, seguro -afirmó muy convencido el detective mientras le sonreía, le rodeo con sus brazos- Espero no hacer llorar a la gente, como la última vez

- Sherly, eso fue de lo bien que lo hiciste, les emocionaste -este le sonrio y beso el cuello del contrario ya que era lo más cercano que tenía-

- Llorar de felicidad, nunca lo entenderé -dijo el joven que, al sentir aquel beso en el cuello, no pudo evitar que un leve rubor apareciese en sus mejillas-

- Recuerda que a las ocho, nos empezaremos a preparar, y no nos veremos hasta.. -este se quedo unos minutos en silencio- Las doce aproximadamente, en el altar

- Si, lo recuerdo ¿No crees que deberías de descansar? Te dejare dormir en mi pecho~ -rodeo sus ojos con una sonrisa mientras sentía como John se apegaba a su cuerpo y se acurrucaba, como un cachorro buscando calor-

- Intentaré, pero no prometo nada~ -Dijo el ex-militar mientras cerraba los ojos muy relajado casi durmiendo, a los quince minutos, ya estaba dormido nuevamente-

Yo sabía que no podía dormir, mismamente por eso, decidí ir a mi palacio mental mientras sentía el calor tan relajante del contrario; tras unos minutos me encontraba haciendo una boda imaginaria en mi cabeza. Estaba todo planificado, dos damas de honor, Molly y la Señora Hudson, pese a su avanzada edad, ella queda perfecta en ese puesto y Molly, aceptó ser dama solo por mi; como padrino elegimos a mi padre y como madrina, a mi madre, tal y como marca una antigua tradición, según explicaciones del doctor; también elegimos unos caballeros de honor, algo no tan típico y se llevó el puesto la pareja del año, mi hermano Mycroft y Greg, era algo inimaginable que alguien tan frío y estúpido como mi hermano tuviese pareja, y mucho menos a Lestrade; por último, los anillos los llevaría la hermosa Rosamund.

De repente, dos alarmas comenzaron a sonar sacándome de golpe de mi palacio mental mientras soltaba leves y casi inaudibles gruñidos, el contrario comenzó a despertar mientras se estiraba y ante el insistente pitido multiplicado por dos, me levante con cuidado, por John, y fuí a apagar las dos alarma viendo que ya eran las 7:55 am, cuando ladeé mi rostro hacía mi pareja, pude verle incorporado bostezando, cansado, y seguramente que, por su movimiento de dedos, los nervios ya gobernaban lentamente al rubio, fuí a acercarme al contrario para besarle con dulzura hasta que, la puerta de la habitación se abrió y pude divisar a Molly y la señora Hudson que entraban viéndonos, la luz de la habitación fue encendida casi a las pocas milésimas de aquella entrada inesperada que nos hizo taparnos el rostro y cerrar los ojos un tanto brusco.

- ¡Vamos jovencitos! ¡Tenéis que casaros! -Exclamó la anciana levantando a John para llevarlo a su antigua habitación para prepararle-

Ante eso pude observar a Molly, llevaba varios meses sin verla después de una reconciliación en forma de invitación a la boda, la última vez casi me golpeaba tras cuatro años sin saber nada de ella, así que tragué saliva mientras me acercaba a ella y le rodeaba con mis brazos, pude notar las mejillas rojas de la contraria que tocaban las mías, no había cambiado, todo lo contrario a mi.

'Todo estará bien, mi doctor' JohnlockWhere stories live. Discover now