Conquista imposible [TodoBaku] [ShinKami]

Capítulo 11

—Tienes que estás bromeando...—susurro un muy molesto Shinsou Hitoshi.

El sofá de tres piezas pareció reírse de él.

—No, no es broma —negó completamente Sorahiko —Te lo manda Emi Fukakado —leyó el informe de envío que le había dado el repartidor —Incluso vino con una nota, "para mí querido ahijado, espero que tengas grandes aventuras en este sofá. Para pequeños problemas te mando también una botella limpiadora, ¡Ultra confiable contra las manchas blancas!"

El viejo encargado soltó una carcajada ronca ante lo último y el menor le saco avergonzado la nota de su tía de la mano para que dejara de burlarse. Bien, agradecía el detalle pero era demasiado. Pero estaba seguro que sus padres sabían de ello y si no le habían avisado, era porque su tía se iba a negar por completo a que devolviera el sofá.

La cuestión era ¿Cómo subía ese mueble alconchonado de tres piezas hasta su piso, sin morir en el intento?

— ¿Quieres ayuda, chico?

Hitoshi agachó la cabeza para ver hacia Sorahiko que había hecho la pregunta. Era un hombre mayor bastante bajito —por no decir enano— que usaba bastón por un problema de cintura —algo sobre un disco de su columna— y aparte tenía cataratas.

Negó con la cabeza de inmediato. Arrepintiendose de no haber ido al gimnasio como su padre Hizashi durante su adolescencia.

—Me las arreglaré.

El sofá negro de tres piezas —piezas de un metro cada una y bastante pesadas— pareció otra vez, reírse de él y su inminente desgracia.

Kaminari jamás desde que se había mudado a ese edificio había usado las escaleras. Pero ver a Sorahiko al pie de estás, con sus lentes de marco negro y un rostro preocupado le hizo caminar hasta él con curiosidad.

Sus clases habían sido un asco —mayormente por los molestos mensajes que le llegaron, obligandolo a apagar el celular— así que distraerse con una charla con su casero le vendría bien.

—Hola Gran Torino, ¿que haces...?

Un muy fuerte ruido apagó su voz y le hizo dar un brinco en su lugar. Sus ojos dorados se fijaron que el mayor meneo la cabeza con frustacion y cuando estuvo por dar un paso hacia las escaleras, una conocida voz resonó desde lo más alto.

— ¡Estoy bien!

Tanto Sorahiko, como Denki elevaron una ceja con obvio escéptisismo.

— ¿Que es, está vez? —quiso saber el rubio.

—Un sofá —respondió el mayor —Y es tú vecino quien lo esta subiendo. O bueno, está tratando de hacerlo.

— ¿Shinsou?

Sorahiko asintió y suspiro cansando. Los ruidos de algo arrastrándose entre las escaleras se escuchaba hasta en el lobby y no parecía ser algo fácil de hacer.