Familia.

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—Shin.

Un suave suspiro escapó de sus labios y frunció el entrecejo. La pequeña albina también se removió incómoda por la interrupción y se aferró más al pecho del mayor con sus diminutas e infantiles manitas.

—Eri-chan, eso es mío —hizo un puchero Kaminari —Pero bueno, te lo presto. Es una almohada increíble, ¿verdad?

Shinsou pareció escucharlo porque apretó los párpados pero después siguió durmiendo. El rubio decidió darse por vencido y salió de la habitación, en una hora más quizás volvería a intentarlo.

— ¿Perdiste? —pregunto un hombre rubio en la pared de frente suyo, tenía una sonrisa divertida junto con una ceja alzada.

—Admito mí completa derrota.

Yamada se rió y le pasó un brazo por los hombros mientras caminaban hasta la parte de abajo de la casa.

—Shota salió de compras, debería volver en un rato —lo soltó cuando llegaron a la cocina — ¿Quieres ayudarme con la cena mientras esperamos?

—Por supuesto.

Estaba en la casa de su novio —si, novio— a unas horas de festejar el año nuevo. Al parecer Hitoshi le mencionó a sus padres sobre su relación con Denki durante la mañana de navidad y ellos le insistieron en que viniera a pasar la última fiesta del año.

Pese al miedo inicial de ver otra vez a su profesor de literatura de preparatoria —el cual seguro no tenía un recuerdo muy grato suyo— el rubio había estado emocionado. Incluso se la paso cantando durante todo el viaje en auto junto con el de ojos púrpura y diciendo boberías para evitar que se durmiera al volante.

Porque sin dudas fue un viaje largo. Aizawa —quien seguía como lo recordaba, viejo y amargado— le ordenó a su hijo irse a descansar, ¡ni un hola! ¡lo había mandado directo a la cama! Mientras que Yamada hacia de las suyas como el perfecto anfrition y charlaba con Kaminari.

Eri termino por meter a su hermano mayor a su propia habitación —porque su antigua habitación se había vuelta una biblioteca— para que durmiera la siesta y se acostó junto a él para no tener que separarse. Denki consideraba tiernos sus celos de hermana menor y le divertiría por mucho tiempo molestar a Hitoshi con eso.

—Hey, Denki-kun —le llamo Hizashi quien estaba pelando una papa y se la pasaba a él para que la cortara en trozitos — ¿Cómo es para ti my son?

La pregunta le tomo desprevenido porque una, aún no se acostumbraba al inglés del locutor y dos, tardó en entender que el tono de su voz cambio a uno más serio. Nada alegre.

Sí, el rubio se sintió por primera vez nervioso ante ese hombre y comprendió que aunque en un inicio pensó que sería su ex-profesor la mamá gallina respecto a su relación, tal vez debería recapacitar su perspectiva.

Yamada le seguía sonriendo de costado mientras peleaba otra papa y Kaminari se quedó estático con el cuchillo en su mano. Por algún motivo —una extraña e inusual vergüenza que no sabía porque estaba sintiendo— su rostro se sonrojo.

— ¿S-Shin? Bueno, él e-es muy amable, algo arisco y no le gusta aceptar ayuda —soltó sin darse cuenta una suave risa —Se preocupa mucho por mí y siempre da lo mejor de sí, sin quejarse de nada en el proceso, ¡también es muy dulce con Maemi! Tanto que me da envidia...—se detuvo al ver los ojos del mayor sobre él — ¿Q-Que?

Hizashi le miraba con los ojos brillantes. Parecía a punto de llorar y eso le hizo sentir el doble de avergonzado. No tenía problemas para decir las cosas que le encantaban de su novio en voz alta pero decirlas a uno de sus padres era uno nuevo nivel que nunca había experimentado.

Conquista imposible [TodoBaku] [ShinKami]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora