2| Problemas en el Hotel

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Extendió su mano para tocar lentamente las escamas de su cola y sentir la textura resbaladiza de estas cuando estaban bajo el agua, incluso algo tan simple como eso podía extrañar cuando no estaba en el lugar que le pertenecía.

Sonrió al levantar las aletas de su cola, pero dejó de hacerlo cuando SungGyu habló, estaba sentado en el suelo del baño con el rostro y los brazos apoyados en el borde de la bañera, sus ojos también estaban puestos en el cuerpo de este.

—Lamento que esté en estas condiciones, señor... si pudiera conseguir una bañera más grande o una piscina olímpica, créame que lo haría, este lugar no es el que merece.

"Pero al menos tengo mi cola de vuelta, no esas piernas que no caminan, esas piernas que no siento".

Siguió moviéndola para hacer sonar el agua que chapoteaba, el aire humano era tan irritante, tan vacío, la gravedad era más fuerte y los sentimientos más dañinos.

"Dormiré aquí, no soy capaz de estar mucho tiempo sin agua".

¿Qué podía decirle? ¿Qué no? SungGyu asintió antes de pararse y verificar que la temperatura del agua fuera la correcta, bien, no era agua de mar, pero era mejor que nada. Después de despedirse cerró la puerta tras su espalda y caminó hacia la cama de la habitación, espaciosa, de apariencia pulcra y atrayente.

Suspiró cuando se sentó al borde de esta, luego descendió la vista a los zapatos que llevaba puesto y apretó los labios con los recuerdos de hace unas horas, la forma en la que se había agachado para atarlos, el simple gesto de entregarlos para que no estuviera descalzo, quedando a cambio él sin nada puesto.

Se los quitó, pero los colocó ordenadamente uno al lado del otro en el suelo.

—Un día se los devolveré señor Mouskouri, lo prometo —susurró.

No se acostumbraba del todo a las ropas humanas así que se desnudó por completo antes de introducirse entre las sábanas y bajo las mantas, disfrutando de la textura de la tela en los dedos de sus pies.

El techo de la habitación parecía eterno, tanto que sus pensamientos empezaron a evocar el momento exacto en el que todo ocurrió.

Después de que las aguas y la tierra se agitaran por la ira de Poseidón, después de que SungYeol desapareciera quien sabe dónde, ellos fueron arrastrados a una velocidad antinatural hacia la costa de la ciudad de Atenas donde aterrizaron contra la arena y entre unas rocas junto a una ola que se había alzado violentamente en esa zona.

Cualquier criatura fuera de la mitología habría muerto si su cuerpo viajara a una velocidad de 300 km/hr, pero como ellos eran especiales, como al parecer el Dios de los mares los había protegido con un propósito, estaban aquí, vivos y confundidos.

SungGyu podía adquirir la apariencia humana cuando su cuerpo no estaba en agua marina, SungJong también solo que bajo circunstancias que no querían recordar, sus piernas no le obedecían ni tampoco las sentía y, como era su guardián, fue que decidió encargarse del aparente castigo que el padre de este les estaba dando.

La silla de ruedas estaba abandonada en la playa, quizás de algún humano que no tuvo la suerte de poder escapar en el momento del terremoto, las ropas fueron hurtadas de unas tiendas cercanas a la costa donde no se encontraban sus dueños, los zapatos también, solo que como estaban intentando escapar hacia un lugar seguro los perdió.

Desorientados recorrieron todo Atenas para llegar hasta el Museo de la Acrópolis, algunos podían creer que estaban locos y quizás era cierto, pero el oráculo de Afrodita fue muy claro: El día en el que Poseidón se manifestara de forma clara, debía pararse frente a la escultura Efebo de Kritios a como dé lugar y... la primera persona que se acercara a su lado sería la respuesta a los constantes sueños que estaba teniendo.

❥Más allá del Mar | ➳[Infinite Couples]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora