Capítulo 40

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- JAKE -

Las chicas se estaban cambiando en el baño mientras que con Dylan nos preparábamos en el cuarto. Le había dado a Fanny una de mis sudaderas negras con capucha para que pudiera ocultar su rostro, tal vez también debería darle algo como una bufanda para que sea más efectivo. Pero seguro desentonaría más, no estaba tan fresco como para usarla. Todos la mirarían por ese motivo.

Bufé y seguí abrochándome los pantalones.

La noche anterior había tenido uno de los momentos más críticos de toda mi existencia. Bueno, tal vez justo por debajo con el día en que casi muero. Había sido triste, cada palabra que salió por sus labios finos y agridulces habían acelerado mi corazón.

Aún seguía pensando en ello. Mejor dicho, me la pasé pensando en eso toda la noche. No había podido dejar que mi corazón se calmara o mi sonrisa se derrumbara. Aún cuando los cuatro decidimos ir a dormirnos, Dylan y Megan por un lado, Fanny y yo por otro. El saber que podía abrazarla, tener su pequeño y frágil cuerpo entre mis brazos podía hacerme la persona más feliz del mundo.

Solo pensar que ella parecía tan viva me hacía olvidar la verdadera razón del por qué la conocí. Me olvidaba del gran detalle que lo que tocaba no era realmente real, no era realmente su cuerpo.

Suspiré mientras me sacaba las medias que me había puesto recién, las observé y efectivamente estaban al revés.

Lo de ayer había sido íntimo y fugaz. Nos habíamos quedado abrazados por largos minutos, tan solo sosteniéndonos entre nosotros y calmando nuestros corazones desbocados.

Si Fanny se iba, se me habría ido la primera mujer que había amado con locura. Y tal vez la última. No sabía si podría conseguir un sentimiento que se le acerque, pero seguro que nada igual. Lo que ella me hacía sentir era único y eso me desquiciaba, porque por dentro estaba tan aterrado de tener que soltarla que no sabría si podría desaferrarme de ella sanamente.

— ¿Hablarás con tu papá antes de irnos? — Preguntó Dylan.

— No, creo que cuando volvamos será mejor — Contesté atándome los cordones para terminar — Los chicos están en peligro si hablan, creo que hay que manejar eso con cuidado. Papá no tiene que preguntarles nada hasta saber que es seguro. Tal vez inclusive consigamos algo bueno para que no tenga que hacer falta su interrogatorio.

— Podrían desestimarlos, justamente por ser chicos.

— Sí, también está eso — Susurré desanimado.

Abrieron la puerta, las chicas entraron. Nos miraron congeladas en sus lugares chequeando cómo estábamos vestidos.

— Me están cargando ¿verdad? — Megan suspira — Díganme que es un chiste.

— No creo que sea una broma — Le susurró Fanny.

Ellas nos miraron de arriba abajo, Meg revoleó los ojos. Miré a Dylan que me encontré que hizo exactamente lo que yo, ambos nos revisamos de arriba abajo lo que llevábamos puesto. Llevaba un buzo negro y unos pantalones de deporte a combinación, el juego lo completaban las zapatillas también. Yo no estaba tan distinto a él.

Volvimos la mirada a Megan y Fanny, la primera se mantenía con una ceja levantada y sus brazos cruzados esperando que veamos el error. Nos encogimos de hombros.

— ¿Qué hay de malo? — Preguntó Dylan dándose una vuelta completa — ¿No estoy sexy?

— No es una regla escrita que tengan que vestir de negro para cometer un hecho ilícito — Explicó Meg ignorando el comentario de Dylan — Cámbiense ahora, son demasiado obvios.

¿Puedes verme?Where stories live. Discover now