Te prefiero un billón por ciento.~ || SenGen ||

~Capítulo 4~

En el mundo antiguo Xeno fue una eminencia en su campo, alguien respetado y conocido como prodigio desde muy joven y llevado a la fama gracias a sus logros de graduarse de la universidad de Howard los 13 años como astrofísico. Siempre estuvo a la altura de veteranos ingenieros y era capaz de explicar con facilidad temas de matemáticas complejas y física avanzada a chicos de últimos semestres de universidad.

Su inteligencia era directamente proporcional a ser un magnate de los medios. Gracias a la fama adquirida por sus logros siendo aún un preadolescente, comenzó una carrera como divulgador científico a la par que ser científico de la Nasa, haciendo colaboraciones con el mismísimo Neil deGrasse Tyson. Tenía su propio programa, era invitado a diversas entrevistas tanto por radio como por televisión y tenía su propia columna que se publicaba todas las semanas sin falta.
A veces la gente se preguntaba cómo tiene tanto tiempo para trabajar en los medios y a la vez ayudar con complejos experimentos y proyectos en la Nasa, todo se lo debían a lo superdotado nivel de conocimiento en diversas áreas y el talento innato en la resolución de problemas lógicos en muy poco tiempo.

"Cada cierto tiempo nacía un genio" Así explicaban los reporteros en su nombre generando así una admiración difícil de igualar, siendo que todos a su alrededor le nombraban como el nuevo Newton moderno, la reencarnación de Einstein, el discípulo a través del tiempo de Tesla, el ingenioso hijo del conocimiento de Galileo y demás nombres tal vez un poco sensacionalistas.

Xeno fue un mentor indirecto para Senku cuando era niño y una de sus inspiraciones. Usó mucho de los descubrimientos del joven para seguir aprendiendo. Supo mucho sobre la ingeniería de cohetes, sobre conceptos de física, química y demás disciplinas de las cuales fue aprendiendo a un ritmo vertiginoso. Gracias a él sabía más de la mitad de su conocimiento actual.
Senku recordaba con nostalgia esos días, el insaciable deseo de conocimiento siempre lo mantenía pegado a un libro y a internet consultando en cualquiera página que pudiera. Hacer ejercicios de matemáticas adelantadas a las que le enseñaban en el colegio era como un par de cada día que con ayuda de razonamientos lógicos, resolución de problemas, administrar el tiempo y sobre todo la disciplina adquirió una brutalidad de base de datos e información envidiables.

A Senku lo comparaban mucho con Xeno en su infancia y adolescencia, tanto profesores como compañeros de clase se lo hicieron saber. Senku no prestaba mucha atención a aquellos comentarios porque él sabía que una comparación entre ellos era hasta ridícula. Ambos eran bastante inteligentes y hasta allí llegaban las similitudes entre ambos. Senku era alguien de pocos amigos y el reconocimiento de sus logros no podía importarle menos, nunca deseó un reconocimiento de fama mundial como lo tenía Xeno y por ello nunca se esforzó en destacar conscientemente, solo era él y la ciencia. Amor por el conocimiento.

Aun así, Xeno siempre fue un modelo a seguir para Senku y él deseó por mucho tiempo convertirse en un gran científico como él.

Un hombre como Xeno era alguien con la capacidad de restaurar la humanidad y no fue sorpresa para Senku que alguien como él fuera igual de cabeza dura como para estar consciente durante estos 3700 años y poder ser desmitificado únicamente con ácido cítrico.
Eso sí, le sorprendía que las estadísticas estuvieran tan a favor de que personas como él o como Xeno se despetrificaran, "era casi como que el destino quisiera el resurgir de la humanidad",le comentó Gen a Senku en una ocasión, aunque el joven rubio no creía en tales cosas, lo consideraba como una coincidencia más.