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Eun Ha le dará a SinB un nuevo pecado que confesar.

Eun Ha maldijo en sus adentros mientras se anudaba la chaqueta en la cintura de ese horroroso y formal vestido, su madre la miró con desaprobación, pero ya se había rendido en corregirla.

No, ya la habían obligado a levantarse temprano para llevarla a la misa de la mañana de aquel domingo, sin contar ese vestido que se había puesto por última vez a los catorce, no iba a permitir más humillación hacia su persona.

—Por favor, no nos hagas quedar mal —susurró la mujer a su oído, con cierto tono de súplica, eso le provocaba gracia y satisfacción a la adolescente.

—Podrías simplemente haberme dejado en casa —reclamó a su madre en un tono normal, la espalda de la mujer ardió de calor cuando notó que algunas personas volteaban a verlas.

—Solo... Regresa al auto, Eun Bi —exigió rendida, no podía lidiar con aquello ahora, había demasiada gente y conocía el mal carácter de su hija, no le importaría hacerla pasar vergüenza.

La adolescente sonrió con satisfacción.

Ahora quedaba lo más humillante, caminar con ese horroroso vestido la media calle de distancia a la que habían estacionado el auto.

Solo agachó la cabeza y se apresuró a caminar, prefería no saber que alguien la había reconocido y ella estaba vestida así, o peor, que alguien de su escuela la viera y se burlara al día siguiente.

Dobló la esquina y al fin, estaba en un lugar seguro.

—Mierda —maldijo al tirar de la puerta, estaba cerrado.

Se cruzó de brazos y se recargó en el vehículo, se quedaría ahí hasta que la misa terminara, al menos tenía su chaqueta para cubrirse.

Pero frente a ella una figura delgada con una pequeña cintura y cabello largo llamó su atención, una chica de falda y blazer a tono con una blusa blanca y zapatos formales caminaba apresuradamente.

Sostenía un librito azul contra su pecho y mantenía la cabeza gacha, pero el viento le hacía el favor a Eun Ha de mover su cabello hacia atrás para ver su fino rostro.

La joven dobló en la esquina, evidentemente se dirigía a la iglesia.

Bueno, ahora la misa no parecía tan mala idea, y si había algo que le gustaba a Eun Ha era descolocar a la gente, ¿qué mejor que provocar a una joven hermosa y religiosa?

Tomó rápidamente el camino por el que había vuelto momentos atrás, y unos escasos metros la separaban de su objetivo, así que apresuró sus pasos hasta estar justo detrás de ella.

—Hola.

La de cabello largo giró con un sobresalto y ambas se detuvieron quedando frente a frente.

—Hola —respondió la joven de postura erguida, con una expresión de sorpresa.

Eun Ha la había visto en algún lado, estaba segura porque se le hacía conocida, evidentemente nunca la había visto bien porque ahora sus latidos se aceleraban, pero encarar no se le hacía difícil.

—Disculpa, ¿podrías darme tu número? —consultó con descaro, apoyándose de su brazo extendido en la pared, por poco olvidándose de lo ridícula que debía verse intentando coquetear con ese vestido.

—Oh, si, claro —la desconocida accedió rápidamente con una sonrisa, y de una pequeña libreta arrancó una hoja para escribir su número—. Lo siento, suelo tener copias con información sobre el taller pero las olvidé en casa, de todas maneras siempre repartimos luego de la misa. Jung Eun Bi, ¿cierto?

Eun Ha la observó en silencio con la boca entreabierta, no entendía nada de lo que la chica acababa de decir, pero se sentía halagada de que supiera su nombre.

—Tu madre dijo que te enviaría conmigo hoy para que pudiera orientarte —ella extendió la hoja de papel con su número y Eun Ha lo tomó sin palabras—. Puedes decirme SinB, búscame cuando acabe la misa.

Eun Ha miró la hoja y luego a la chica, no entendía nada, pero seguro, allí estaría.

—C–Claro, gracias —respondió, formando una sonrisa de vuelta, a lo que la chica se dio media vuelta y continuó su camino.

¿Un taller? ¿Como una especie de rehabilitación? Su madre no había mencionado nada aún, sabría la reacción de Eun Ha, pero al menos hoy no le reclamaría, es más, podría abrazar a su madre.

Se apresuró a seguir a la chica, y entre el grupo de personas que ingresaban a la misa localizó a sus padres, por lo que caminó detrás de ellos, mientras SinB se le perdía entre la multitud.

HOLY《2eunbi +18》Where stories live. Discover now