Siete

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Emma dejó sus pertenencias en su lugar, todo muy bien cerrado con un candado y caminó por los pasillos del club vistiendo un vestido de color negro, un obsequio de uno de sus clientes habituales, hasta llegar a su habitación. Abrió la puerta y lo primero que sintió fue un olor que le parecía bastante familiar. No sabía qué o quién le recordaba.

-Hola, Emma.

Al escuchar su nombre, su piel se erizó por completo. Miró a aquel hombre que estaba parado justo al centro de su habitación. Se quedó helada, completamente sorprendida. De todas las personas en el mundo, jamás pensó que se encontraría con Travis.

Un torbellino de emocione rodeó el cuerpo de la morena: miedo, confusión, temor. Cerró lo más rápido posible la puerta de su habitación tras ella y dio un par de pasos hacia el hombre.

-Por Dios, Travis, ¿qué haces aquí? ¿Cómo entraste? Si te ve Zed, te mata. Nadie puede entrar a este lugar. ¿Qué mierda estás pensando?

-¿Disculpa? -Preguntó Travis sin entender.

-¿Por dónde entraste? ¿Cómo esquivaste a los guardias? Mierda, vendrá uno de mis clientes y si Zed se ente...

-Emma -Travis levantó un poco su voz para poder interrumpir a la chica.

La respiración de la chica se encontraba bastante agitada. Tenía miedo, no entendía qué hacía Travis allí, le daba vergüenza de que él estuviese en aquel asqueroso lugar que era su trabajo.

Travis tomó el rostro de la chica con cuidado. El calor y delicadez estremeció a Emma por completo. Se dio cuenta que estaba respirando por la boca, sus ojos están comenzando a llenarse de lágrimas. Quería gritar y escapar de esa habitación. Realmente, no quería seguir trabajando allí y la figura de Travis, de pronto, se convirtió en una esperanza.

-Yo, uhm... Yo... Soy tu cliente -Admitió él.

-¿T-tú? Yo, eh, ¿c-cómo?

Travis dio un suspiro y bajó sus manos hacia los brazos de Emma.

-Estás helada, ¿quieres mi chaqueta?

Emma no dijo nada. Estaba helada por la sorpresa. ¿Qué significaba que Travis fuese su X.I? ¿Él realmente había pagado por tener sexo con ella? No podía creerlo.

-¿Por qué me miras así? -Preguntó Travis de pronto.

-Tú...

-Sé que no me dejarás ayudarte de ninguna forma, Emma. Sé que no recibirás dinero si te lo ofrezco, o un trabajo. Sé que no lo harás, porque te conozco y lo entiendo. Quieres ser una adulta responsable, salir adelante por tus medios. Lo respeto. No voy a juzgar jamás la decisión que tomaste de dedicarte a esto, pero tampoco me quedaré con los brazos cruzados. No si puedo hacer algo.

Emma lo miró, sim saber realmente qué sentir.

-Pagué por la exclusividad porque no quiero que nadie más esté contigo, Emma.

Emma entreabrió sus labios y miró a Travis directamente a los ojos. No notó en qué momento comenzaron a caer lágrimas por sus mejillas. Él llevó sus manos a la cara de la morena y limpió aquellas lágrimas con delicadeza, nuevamente, el cuerpo de Emma se estremeció por completo.

-¿Por qué?

Travis dio un leve suspiro. Limpió nuevamente las lágrimas de Emma y sonrió.

-No me gusta verte triste -Evadió la pregunta por completo-. Mira, ¿te gusta como me luzco?

Emma sonrió débilmente y miró a Travis de pies a cabeza. Él vestía un elegante y caro traje formal. Se acercó nuevamente a él y llevó sus manos hacia la corbata del hombre.

-Aún no aprendes a hacer bien el nudo -Dijo ella distraídamente. Mordió su labio inferior cuando vio que él comenzó a desarmar el nudo de su corbata.

-¿Me ayudas?

Ella sonrió y asintió con la cabeza. Tomó la corbata cuando él se la tendió y la miró por unos segundos. Nerviosa pasó uno de los lados tras su cuello, con algo de dificultad, después de todo, él aún era mucho más alto que ella. Travis miró con atención el rostro de Emma, hacía años que no la tenía así de cerca. Podía escuchar su respiración levemente agitada y sentir su aroma. Miró los labios de la chica y de inmediato miró hacia un costado, no quería incomodarla. Emma, por otro lado, se encontraba bastante concentrada realizando aquel nudo. Recordó aquel día que hizo su nudo para la ceremonia de graduación, al terminar sus estudios en la universidad. Al acabar, dio un suspiro y sin darse cuenta, posó sus manos en el pecho del hombre.

-Listo -Susurró ella.

Él la miró nuevamente y sonrió amablemente.

-Gracias -Susurró el doctor.

Sentía ganas enormes de besarla. Un hormigueo recorrió su estómago, de inmediato sus manos comenzaron a transpirar. Se había puesto muy nervioso.

-Entonces -Dijo ella, interrumpiendo los pensamientos de Travis-. Tú eres mi X.I... Ricky dijo que iríamos a cenar hoy -Ella mordió su labio inferior.

No sabía qué debía decirle o cómo debía actuar. ¡Era Travis, maldita sea! Su ex novio era ahora su X.I.

-Sólo si tú quieres. ¿Hay algo que tengas en mente? -Preguntó él.

Aun se encontraban demasiado cerca, ella aún tenía sus manos sobre el pecho de Travis.

-No he comido. Una cena vendría bien, a decir verdad.

-Entonces cena será -Dijo él con una enorme sonrisa.

Sin poder evitarlo, depositó un beso fugaz en la mejilla de Emma y caminó por la habitación hacia a puerta, la cual, abrió para ella.

-¿Vamos?

Ella asintió con placer, felicidad y nerviosismo al mismo tiempo. Hace mucho tiempo no se sentía así. 

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¡Holaaaaaa, hermoses! 

Espero que hayan tenido una buena semana. Laven sus manos y cuídense muchooo. 

¡No olviden votar y comentar qué les pareció el capítulo! 

Les amo. 

xoxo.- corazonesalviento

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