⌛Epílogo⌛

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—Listo señor Hemmings. Firmando el contrato esta casa es completamente de su propiedad. Fue un gusto hacer negocios con usted y espero que pueda formar un cálido y amoroso hogar —murmuró la mujer, corredora de propiedades que había contratado para ayudarlo a encontrar una nueva casa.

Por fin tendría un hogar.

Le sonrió y cerró el trato haciendo un profesional gesto con sus manos, estrechándolas con firmeza. La mujer se despidió con una sonrisa dulce que solamente desprendía buenos deseos y paz, y le dejó a solas en la espaciosa sala de estar que estaba vacía. Luke sabía que el camión con sus pocas pertenencias personales, llegaría dentro de poco, pero estaba tranquilo porque ya Petunia, estaba olfateando y conociendo su nuevo hogar.

Hace un mes había salido de Heaven y no podía sentirse más satisfecho. Apenas fue libre, no dejó de trabajar en seguir mejorando su vida. Pasó unos días de vacaciones con su familia antes de verles marchar, tuvo una grandiosas citas con Michael y por supuesto que sus sesiones de guitarra y las cenas luego de las sesiones de Maddox, no se habían suspendido. Eran rituales que todos disfrutaban.

Había tomado la decisión de vender aquella mansión, aquella semana donde estuvo en la prueba de la famosa terapia H, cuando la primera noche estaba que se orinaba y no pudo entrar a su propio baño por los recuerdos de casi morir en aquella tina. Tuvo que orinar por la ventana, y el resto de aquellos días pasó bajando a los baños de la segunda planta que no tenía el mismo recuerdo que su baño principal. Lo mismo se repitió aquel mes, incluso decidió salir de su habitación y quedarse en una que había utilizado su familia, ese no era su hogar, se sentía un completo extraño.

Aquella mansión albergaba los recuerdos de sus momentos más oscuros, de su perdición. Recuerdos de fiestas, de drogas, de sexo solo para eliminar la frustración de no lograr ser feliz. Aquella mansión fue su infierno y no podía seguir viviendo allí, quería construir una nueva historia, por lo que los días lunes de visita de Hayley de aquel mes, no iba solo con Ashton, iba también con Anabelle, la corredora de propiedades, en donde a ambos les mostraba fotografías y así Hayley opinaba sobre su próximo hogar. La decoración quedaría totalmente en sus manos apenas saliera del centro, y la verdad es que Luke prefería que ella hubiese visto cada una de las grandes casas candidatas, pero era urgente su necesidad de salir de aquel infierno personal, que debió visitar solo las que eligían y así ir descartando.

No se le había ido ningún detalle. Había elegido con demasiada conciencia cual sería la gran casa que eligiría para convertirse en su nuevo hogar. Eligió una de las habitaciones más grandes como la suya, tomando la precaución que no solo tuviera un gran armario, sino dos, al igual que dos lavamanos y dos estanterías. Tomó la precaución de que la segunda gran habitación tuviera una gran vista para Hayley y un gran armario donde pudiera guardar su ropa y sus maquillajes, además de un gran baño propio con jacuzzi. Por supuesto que en la tercera planta, tendría que  tener 3 habitaciones y la última y no menos importante, tenía el mejor balcón. La segunda planta se basaba en habitaciones extra ante invitados y lo que potencialmente se convertiría en un gimnasio. En el sótano, él mismo mandaría a construir un estudio, que ese sería su único real aporte a su hogar, lo demás, todo quedaría en manos de Hayley.

Se volteó cuando sintió los jadeos de Petunia y como bajaba las escaleras moviendo su diminuta cola. Estaba emocionada del gran nuevo lugar y Luke no podía negar que sentía la misma emoción sobre que aventuras le estarían esperando, que nuevas historias construiría en aquel nuevo hogar.

Salió al jardín delantero y avistó como ya el camión se adentraba a la propiedad. En la mañana, Anabelle ya había enviado a limpiar profundamente la mansión, así que Luke no se preocuparía de eso, por lo que le dio las instrucciones al equipo de mudanza, donde estaba su habitación y que solamente armaran su cama, que la gran cantidad de ropa en perchas, las dejaran sobre la misma cama y las cajas en la misma habitación, sin embargo, sus instrumentos, que por favor los dejaran en la espaciosa sala de estar.

High »MukeWhere stories live. Discover now