Capítulo tres.

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—Está bien, vuelvo en un rato.

Dije y salí de la casa, cerrando la puerta al estar fuera.

El supermercado no estaba tan lejos, podía ir caminando, solo eran unas seis calles, nada que no pueda cruzar solo.

Mientras avanzaba me ponía a pensar.

(Si Kirito consigue algo con Asuna, yo pasaría a segundo plano...)

Me puse a pensar en mi compañero mientras avanzaba, la verdad sabía que yo también debería conseguir a alguien, para no molestar a Kirito y a su muy posible próxima pareja.

(Siento que pienso de más, quizá no llegue a tanto.)

Suspiré y continué caminando.

Kirito, no sé porqué me preocupa tanto, es como mi hermanito menor.

Pasaron los minutos, hasta que finalmente llegué.

Entré con mi canasta, no iba a comprar tanto, solamente lo indispensable para sobrevivir unos 15 días, en lo que nos volvían a enviar dinero.

Caminé por los pasillos, lo único que pasaba por mi mente era la lista de cosas que compraría.

(Huevos, leche, cereal...)

Iba metiendo las cosas en la canasta, sin prestar mucha atención a mi alrededor.

Mientras avanzaba, golpee a alguien sin querer. El sonido de la persona cayendo fue lo que me hizo reaccionar.

—¡Vaya! ¡Lo lamento!

Dije y le extendí mi brazo a la chica que sin querer había derribado.

—Descuida, estoy bien.

Ella tomó mi mano y se levantó, junto al cartón de cereales que llevaba.

Su voz me sonaba algo familiar, cuando se levantó del todo me percaté de quién se trataba.

—Disculpa, ¿Te conozco? Tu rostro se me hace familiar.

Dijo la chica mientras intentaba recordar algo, en su cara se veía.

—Sí, verás. Soy Eugeo, de tercer grado en la academia Zakkaria.

Dije mientras la miraba. Ella seguía medio confusa.

—Soy el mejor amigo de Kirito, el que siempre está con él.

Luego de mencionar eso, su expresión cambió, ya sabía quién era.

—Ahhh, Eugeo, sí, ya sé quién.

Dijo rascando su cabeza un poco para luego volver a hablar.

—¡Soy Asuna! ¡Es un placer, Eugeo-Kun!

Habló sonriendo, extendiendo su mano.

—El placer es mío, Asuna-san.

Sonreí levemente y correspondí al estrechamiento de manos.

(Ella realmente es muy amigable.)

Dije en mi mente, sorprendido de su capacidad de inspirar confianza en demasiado poco tiempo.

—¿Y Kirito-Kun? ¿No estaban juntos siempre?

La ojimiel me preguntó con algo de curiosidad, pues era raro vernos separados.

—Ah, él se quedó en casa holgazaneando o algo por el estilo.

Rasqué mi nuca y reí un poco, ella igual rió.
Su risa era adorable, era como de una niña pequeña.

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⏰ Laatst bijgewerkt: Jul 05, 2020 ⏰

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