🌫️Nubes y lágrimas🌫️

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Un pequeño Min Yoongi de siete años lloraba de forma desconsolada en la ventana de su habitación.

Los gritos eran peor de lo normal y él no tenía forma de sentir paz en este momento, las palabras que se gritaban entre si se clavaban en lo más profundo de su joven alma, sin poder distraer a su mente de hacer otra cosa.

Las estrellas eran tapadas por densas y grises nubes. Ni siquiera su estrella especial se podía librar de esa oscuridad penetrante.

El cielo esa noche no brillaba.

El niño trataba de hacer el menor ruido posible, sorbiendo por su pequeña naricita ya roja y limpiando sus lágrimas que corrían libres por su joven rostro con las mangas de su pijama.

A pesar de no poder observar ni la luna esa noche, para el pequeño niño era una costumbre mirar al cielo.

Para Yoongi era más fácil perderse en las brillantes estrellas de cada noche y pensar en que, tal vez, si era una buena persona se podría convertir en una, así como le decía su madre.

Entonces así ya no escucharía los horribles gritos de cada semana mientras él se escondía en su habitación a esperar que terminaran de pelear para que, cuando los escuchara subir él fingiera estar dormido, dándoles paso a sentirse ligeramente bien como padres porque su pequeño retoño al menos era feliz.

Yoongi no sabías si era feliz, siendo sincero.

Era un niño tranquilo, más pequeño y pálido de lo normal, de vez en cuando su maestra lo regañaba pero era buen alumno. No socializaba realmente, prefería comer su almuerzo solo en el salón mientras leía algún libro semi ilustrados que su maestra le prestaba a cambio de que no los maltratara.

¿Eso era ser feliz?

Yoongi creía que la felicidad también era reír a carcajadas y ser ruidoso como sus compañeros, incluso si no le agradaba mucho.

Tal vez la felicidad es diferente para todas las personas.

¿Sus padres eran felices al discutir cada semana? Tal vez por eso siempre lo hacían a pesar de decirse cosas feas.

Tal vez esa era la razón por la que le hablaban con tanto cariño después de cada pelea incluso si lo creían dormido, tal vez pelear los hacía más cariñosos.

Tal vez por eso no les parecía afectar a la mañana siguiente, viéndose normal.

Yoongi había dejado de llorar y se había ido a la cama; sus padres seguían peleando pero él se sentía muy cansado.

Sin darse cuenta ya había caído dormido.

—Yoongi— susurró una dulce voz.

¿Estaba soñando?

Yoongi estaba en su habitación, sentado en su pequeña cama y aún era de noche, sin embargo, no notó cuando los gritos habían terminado.

Ni de dónde salía esa voz.

—Yoongi— insistió.

—Mi mamá dice que no hable con extraños— comentó de forma distraída, sin saber a dónde mirar.

—Está bien, me presento, yo soy Park Jimin— una pequeña luz hizo aparición frente a él, brillando y haciéndose más grande hasta verse como un niño.

Park Jimin le sonrió, desapareciendo sus ojos y Yoongi estaba más curioso por el hecho de que el niño brillaba y parecía ser transparente que porque se había presentado de forma tan curiosa en su cuarto.

—Yo voy a cuidarte, Yoongi, así como ahora. Voy a cuidar tus sueños en las noches feas para que despiertes feliz.

—¿Cómo mis papás?

—No, feliz de verdad.

El niño transparente volvió a hacerse un pequeño punto brillante y salió por la ventana.

Entonces Yoongi despertó.

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Nadie me dijo nada así que actualizaré cada domingo 👀

Aster [YM/JS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora