¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Solté un suspiro mientras observó la habitación de cabeza sobre una silla, obviamente aburrida.
—Supuse que estarías aquí —al oír su voz caí de cabeza al suelo.
Me senté de inmediato soltado un quejido.
—No llegues tan así —regañé levantándome—. ¿Qué haces aquí, Neji? —me senté de nuevo en la silla.
—Hace unos días que no te veo, desde que pasó lo de tu padre —me sonroje un poco al recordar ese día.
—Sí... —me coloqué de pie—. Han sido una días ocupados —me puse a su lado mirando a mi padre—. Estuve cuidando de él, ese mismo día llegó Sasuke en el mismo estado, pero Sakura no deja de estar cuidandolo.
—¿Ya comiste algo? —asentí.
—Comí una manzana hace unos momentos —Neji me miró seriamente.
—Eso no es una comida completa —me acerque más a él quedando a centímetros de su rostro.
—Eso me recuerda, me debes una comida —Neji paseó su mirada por todo mi rostro y después regresó a mis ojos.
—No lo he olvidado —sonreí de lado notando que cada vez se acerca más a mi—. Tu ganaste.
—Lo sé —estábamos demasiado juntos, a casi nada de juntar nuestros labios, hasta que se abrió la puerta.
—¡Hana-chan! —nos separamos rápido.
Neji miro mal a Naruto mientras se cruza de brazos con enojo.
—¡Naruto! —lo abracé con emoción—. Que bueno que volviste, ya te extrañaba.
—Yo también te extrañaba, ¡Dattebayo! —en ese momento noté que venía acompañado de una mujer rubia, la cual se acercó a mi padre sin decir nada. Colocó su mano en la frente de él y poco a poco lo hizo despertar.
—¡Papá! —me acerqué a él y lo abracé.
—Que desgracia, ser sacado de combate por esos dos idiotas, ¿No sé supone que eres de los mejores? —mi padre soltó un suspiro.
—Siento decepcionarla —la mirada de la rubia se puso sobre mi.