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Estaba sorprendida pasando mi mirada de un lado a otro sin poder creer lo que estoy viendo.
—¿Cómo es posible que el otro Madara esté aquí? —preguntó Naruto alterado.
—Debió saber el jutsu para liberarse del Edo Tensei —contesté.
—¿¡Qué le paso a los demás!? —volvió a preguntar.
—Bueno, me temo que no se encuentran bien —por mi mente paso de inmediato la tía Tsunade, Ero-sennin y Gaara.
—¡Eres un maldito! —grité molesta.
Naruto con el chakra del Kyūbi tomó los tubos que había enterrado Obito en Hachibi y los envío a ellos, pero fueron detenidos por una barrera de chakra que hizo Madara.
—Yo me encargaré de capturar al Kyūbi y al Hachibi —se dirigió a ellos.
—¡No conmigo viva!
—Este es el Mokuton: Mokuryū no Jutsu que alguna vez utilizó Hashirama contra el Kyūbi —un dragón de madera salió del suelo y se dirigió a nosotros.
—¡Mokuton: Mokuryū no Jutsu! —otro dragón salió de mi lado y se dirigió al de Madara enredandolo.
—¿Cómo...? —me miró.
Di un chasquido de dedos y mi dragón se comenzó a quemar junto con el de Madara. De pronto el Uchiha utilizó la madera para inmovilizar al Hachibi.
Mi mirada fue a mi padre y me puse frente a él deteniendo la gran Shuriken que arrojó Obito.
—¡No permitiré que asesinen a mis compañeros! —mi puño se impactó contra el rostro de Obito quien no pudo reaccionar ante mi velocidad.
Naruto se encargó de Madara y el Hachibi se pudo librerar de la madera para después ambos crear dos Bijuudamas y enviarlas al Gedo Mazo quien estaba dentro de una clase de pecera roja. Los ataques lo arrastraron muy lejos del lugar y después se creó una gran explosión llenando el lugar de humo.
—¿Lo logramos? —preguntó Naruto—. ¡Sí!
—Bueno, ¿Empezamos ya? —dijo Madara, el humo se dispersó y dejó ver al Gedo Mazo con su nueva transformación.
