CAPÍTULO 22

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-Buenos días princesa -me dice Ricci mientras abre las cortinas de mi habitación y el sol me pega de lleno en el rostro 

-¿Qué tal?

-Están preparando todo para la ceremonia de sangre

Me levanto y tallo mis ojos.

-Me parece algo exagerado eso del juramento de sangre 

-Bueno, pero es un honor hacerlo 

-No pude hablar con Gian, ni siquiera se si él está de acuerdo con mi decisión 

-¿Por qué no lo estaría?

-Bueno viajaremos a otro reino y el tiene a su familia aquí, quizá fui egoísta

-Usted confía en ese muchacho, es normal que quiera sentirse protegida en un reino que no es el suyo y del que no va a tener poder hasta que suba al trono y siempre y cuando el rey se lo permita 

-Porque estamos en su reino, porque si estuviéramos aquí nadie pasa por encima de mi autoridad 

-Lamentablemente no son así las cosas 

-Algo injusto desde mi punto de vista 

-Lo que pasa es que tienes carácter de líder y tan solo pensar que alguien puede disponer de ti, callarte si no ha pedido tu opinión te pone de malas 

-Muy de malas, es como si yo no existiera y espero que el príncipe Mikhail no sea así 

-No se mucho sobre él, apenas y lo había visto por los pasillos 

-Solo se que entrenaba con Aswad y es un asco con las espadas 

Ambas reimos.

-El baño ya esta preparado, traeré el vestido para la ceremonia 

-Gracias 

Después de bañarme con mucha tranquilidad, Ricci me ayudo a prepararme. El vestido era completamente blanco, con mangas que descansaban en mis hombros, el vestido me llegaba hasta los tobillos y era ampón. Traía puestos mis tacones blancos. En la cintura me coloque un listón grueso de color rojo, con un moño adornando por detrás del vestido. Ricci me peinó con un chongo de gajos y mi corona resplandeciente resaltando sobre mi cabeza.

Tocaron la puerta y entro mi madre vestida con un vestido rojo, con un lujoso y resplandeciente collar del mismo tono.

-Estas bellisima 

-Gracias 

-¿Estás lista?

-Si

-¿Sabes las palabras?

-Desde que tengo 11 años 

-¿Estas nerviosa?

-No 

-Lo harás fantástico, como todo lo que haces 

-No soy perfecta mamá

-Lo eres, al menos para mi si 

Me da un beso en la frente 

-Tengo algo que decirte 

-¿Qué pasa?

-Un empleado tomó de la copa que despreciaste en la cena

-¿Y? -pregunte alarmada 

-Lleva más de 12 horas inconsciente

-Le pusieron algo a la bebida 

 -Si, pero nadie en la cocina sabe algo 

-Necesito hablar con la esposa del Embajador 

Entre DinastíasWhere stories live. Discover now