CAPÍTULO 28

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-No salga, voy a ver que está pasando -dice Gian

-Ten cuidado por favor -le digo nerviosa

-No te preocupes por mi

Sale del carruaje, pero mi yo impulsiva salió detrás de él para ver que pasaba.

-Te dije que no salieras -me dice molesto

-¿Qué está pasando?

Y entonces lo veo, el hombre que estaba manejando a los caballos estaba con una flecha enterrada en un ojo.

-Oh por Dios -digo horrorizada

-Tenemos que largarnos

Suelta la carroza de los caballos y me ayuda a subir al caballo, con Ricci a mis espaldas. Golpea al caballo y empieza a correr, mientras él se monta en el otro y comienza a correr detrás de mi a toda prisa.

Las riendas sobre mis manos estaban firmes y galopando a toda velocidad, Ricci estaba aterrada aferrándose a mi cintura.

Al llegar al palacio unos guardias se acercaron alarmados

-Entra al castillo y avisa a los reyes del ataque -me indica Gian

-Claro

Veo que habla con unos guardias mientras yo entro.

-¿Qué pasa por que estás tan agitada? -me pregunta Mikhail

-No atacaron

-¿Qué?

-Veníamos de regreso y nos atacaron

-¿Quienes?

-No lo se, escapamos de ahí en segundos

-Hablaré con mis padres

-Yo voy contigo

-No tú te quedas aquí

-Te estoy diciendo que yo voy contigo -le digo firme

-Ve a tomarte un té para que te relajes

-Estoy bien

Me mira de manera extraña entre desesperación y enojo, pero no iba a intimidarme.

-¿Qué esta pasando aquí? -dice la reina al vernos con las miradas retadoras por parte de ambos

-Los atacaron cuando venían del reino de Francia

-¿Qué? -pregunta aterrada

-Mataron al que estaba manejando a los caballos, tuvimos que salir a toda prisa y debo de agregar que estábamos en tierras del reino de Afganistán no del reino de Francia

-Ahora mismo mando a alguien por ayuda y para que resuelvan todo esto -chasquea los dedos y aparecen unos sirvientes y Alimi -Por favor lleven a Chiara y a su doncella Ricci a tomarse un té para que se tranquilicen, yo hablo con el Rey

-Se lo agradezco

Amili, Ricci y dos sirvientes me acompañan hasta la cocina donde me preparan un té para los nervios, aunque la verdad es que no estaba asustada. Ya estaba a salvo y era absurdo que siguiera pensando que estaba en peligro, algo no cuadraba, porque si querían lastimarme pudieron hacerlo, pudieron atacarnos, pero nos dejaron ir.

En la noche sobre la mesa, mientras cenábamos, el Rey me informó que eran unos cazadores que practicaban tiros libres y por mala suerte justo íbamos pasando cuando soltaron una flecha desviada.

-¿Qué le hicieron a los cazadores?

-Quitarles sus títulos de cazadores, tendrán que buscar otro empleo ya que la vida de un empleado del palacio se vio perjudicado por una incompetencia de su parte

Entre DinastíasWhere stories live. Discover now