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¿Enamorarse de un Lobo antropomorfo es algo correcto y más si solo llevas un día conciendolo?
Dicen que para enamorarte sólo bastan cuatro minutos... pero ¿la mente de una joven chica estaría de acuerdo con eso? A ella nunca le enseñaron de que manera debía enamorase, aunque realmente a nadie se lo enseñan.

Preguntas eran las que inundaban la mente de ___ mientras se recostaba en su cama aún con el uniforme puesto, tenia gran curiosidad, si ese chico le gustaba debía de intentar algo con él,  lo que era parte de lo que ambos habían acordado minutos antes cuando caminaban hacia su edifico.

Se levanto de la cama y se dirigió al baño, había sido un largo día y aunque darse un baño no era lo que más le gustaba había un chico con el que quería estar y este tenia un olfato impresionante, en otra situación no lo habría hecho pero sentía que debía, como si su olor fuera lo más importante para ello.

Mientras ella disfrutaba de una ducha de agua caliente Legoshi acababa de llegar a su habitación, donde su mejor, y que él concideraba el único, amigo  ya estaba en su cama.

—¡Legoshi! Ya llegaste ¿dónde estabas? —preguntó Jack dando un salto hacia su amigo causando una divertida y tierna escena.

—Fui a dejar a la chica nueva a su edifico después del club.

—¿A la humana? ¿Ya la consiste? ¿Cómo es? ¿Da miedo? ¿Tiene grandes colmillos? ¿Habla mucho? Espera... ¿La fuiste a dejar a su edifico? Entonces ¿Te gusta? —la cola del canino no paraba de moverse con gran velocidad.

Él amaba que Legoshi le contará sobre su día, le gustaba saber sobre el porque eran amigos esa era la razón ¿cierto?

—Jack espera, son muchas preguntas.

-Pero cuéntame Legoshi, cuéntame lo todo —mostró una típica carita de cachorro.

—La cara de cachorro es trampa.

—Está bien, pero vamos Legoshi, cuenta.

—Okey, a ver mmm... empecemos por su fisco, no es nada intimidante y solo tiene pelo en la cabeza, no tiene colmillos, de hecho es bastante... linda -se detuvo en sus palabras, él  nunca había llamado a nadie "linda", se sintió extraño aunque también un poco cálido en su interior.

—Legoshi.

—Perdón, prosigo si habla mucho y se ve muy fragil mmm... ¡oh! Jack tienes que tener cuidado.

—¿Cuidado con la humana? Pero dijiste que se ve muy frágil.

—Me refiero a que tienes que tener cuidado con su olor.

—¿Su olor? ¿Apesta?

—Para nada, pero su olor te puede llevar a hacer locuras es muy, dulce y rico, ¡Dios! Su olor es lo mejor —dijo el lobo olvidándose de la presencia de su amigo. Acordándose de ella y de lo planeaba hacerle, de que planeaba hacerla suya.

—Entiendo, lo tendré en cuenta... Legoshi, oye, deberías darte un baño de agua fria. Tal parece que la humana si que es peligrosa.

—¿A que te refieres Jack?

—A que parece que ella no sólo tiene un buen olor, sino también el poder de levantar cosas sin tocarlas —mencionó Jack para luego señalar la entrepierna de su amigo, acto que lo avergonzó un poco.

Legoshi bajo la mirada y se percato de la gran erección que se le había formado, se tapó con las mano y se dirigió al baño.

—¡Tienes razón Jack! -grito desde dentro del baño.

Era la segunda vez que le pasaba desde el día anterior, algo que no le agradaba mucho. Sabía que era adolescente y que en algún momento de su vida estas cosas pasarían, pero no pensaba que fuera tan involuntariamente.

Legoshi se quitó la camisa desabotonando de arriba hacia abajo, su pelaje se veía poco a poco más descubierto dando tonos más claros mientras bajaba. Cuando se quitó la camisa sus brazos mostraron unas leves marcas de haber realizado ejercicio.

Tomó el extremo de su cinturón y lo recorrió hasta poder quitárselo. Cuando se bajo el pantalón observó su erección, su miembro intentaba salirse de su bóxer. El día anterior no había tenido oportunidad de tocarse porque su amiguito se había despertado en un mal momento pero justo donde estaba podía hacerlo.

Colocó el seguro en la puerta una vez que habia puesto a un lado su bóxer dejando su cuerpo al desnudo, abrió la llave de la regadera y se metió una vez que el agua estuviera caliente. Sus sonidos lacivos lograban ser silenciados con el ruido del agua.

Mientras en la habitación de la chica el vapor salía por la puerta mientras ella salía del baño, había sido bastante relajante y ahora solo faltaba alistarse para dormir y tocar la guitarra un rato para poder terminar su día.

Una vez que tuvo su guitarra en las manos tocó todo lo que sabía, la constancia es lo que la ayudará en un futuro para su carrera, todavía estaba sorprendida de encontrarse en ese lugar, pero el sonido de la música,  de su música, hizo que se percatara que era real, era increíble y algo aterrador.

Miro a su alrededor, la luz baja y la oscuridad de la noche que entraba por su ventana la relajaba.

—¿Qué estara haciendo Legoshi? —se pregunto en voz alta mientras seguía tocando.

Ella no tenía ni idea.

Después de que dejó de lado su guitarra tras prácticar cayó en un sueño tan relajante que agradecía haberse  dado ese baño para poder sentirse así.

UN POCO DE NOSOTROS (Legoshi  X Lectora)Where stories live. Discover now