Capítulo 10

176 15 148
                                    

El patrón musical del principio de El amor es el amor se repite una y otra vez, igual que en los conciertos. Una figura de espaldas ataviada con gabardina y sombrero camina por calles vacías, en el aparente silencio de la noche. La cámara la sigue hasta que el patrón deja de repetirse y da paso al verdadero inicio de la canción. Entonces, la cámara se desvía y llega con rapidez inhumana a la fachada de un edificio: SC Café.

Lo siguiente en la canción es la guitarra, que coincide en la imagen con una mano haciendo movimientos descendientes y circulares, típicos del baile flamenco. Esa mano pertenece a Sonia, que es lo siguiente que aparece. Lleva un vestido despampanante en tonos rojos, blancos y negros, y baila en la pequeña tarima de la cafetería vacía. Yo soy la siguiente en ser enfocada: detrás de la barra y la caja registradora, seco vasos de cristal recién lavados y los voy colocando en su sitio. Por último, Tamy, al lado de Sonia en la tarima, vestida con un traje marrón, se agarra al micrófono que tiene delante y empieza a cantar:

-Canto para así escaparme con el viento. Como una cometa voy subiendo. Esto es mío y nadie sabe lo que llevo dentro.

-Pienso -empiezo yo, terminando de colocar el último vaso y secándome las manos en el delantal, que posteriormente me quito- que lo malo se diluye con el tiempo y hay que aprovechar cada momento. Ay, si además puedo mirarte, que sea eterno.

-Tu silencio me mata, tu recuerdo me salva -canta Sonia, para quien se priorizan los planos en primera persona.

-Cantarte hasta quedarme sin aliento. Mirarnos sin hablarnos en secreto. Y que te quedes conmigo dentro, donde se esconde todo lo nuestro, y que viajemos un mismo vuelo.

En el estribillo y su repetición salimos cantando las tres, aunque también se escucha la voz de Rocío. Yo salgo de detrás de la barra e interactúo un poco con Tamy y Sonia, sin llegar a subirme a la tarima. Terminando estos versos, la cámara vuelve a seguir a la figura de la gabardina, que termina su recorrido en el SC Café. Al entrar, aparece iluminada por primera vez. Deja su sombrero y su abrigo en el perchero de la entrada y la cámara la enfoca de frente. Es Rocío, que empieza a cantar las siguientes estrofas:

-Vuelvo, vuelvo a ese lugar de donde vengo. Donde anida la clave de mis sueños. Sin barreras ni rivales... -Se acerca primero a Tamy y Sonia y le tiende la mano a cada una de ellas. Mientras, yo me vuelvo a la barra, pero para sentarme encima. Rocío se acerca a mí y se coloca entre mis piernas, apoyando las manos en mis rodillas. Yo las coloco en sus mejillas y ella termina su verso con su cara a muy poca distancia de la mía-. Sigue siendo bello.

-Siento que voy avanzando con el tiempo -vuelve a cantar Tamy-. Ay, si además puedo mirarte, que sea eterno.

-Tu silencio me mata -canto yo separándome lentamente de Rocío y empujándola suavemente hacia atrás por el pecho, antes de bajarme de la barra por el otro lado-, tu recuerdo me salva.

-Cantarte hasta quedarme sin aliento...

-Cantarte -la mayoría de los coros siguen perteneciendo a Sonia.

-Mirarnos sin hablarnos en secreto. Y que te quedes conmigo dentro, donde se esconde todo lo nuestro, y que viajemos un mismo vuelo.

El estribillo vuelve a ser cosa de todas, de las cuatro esta vez, y se van alternando imágenes de nuestra situación en la cafetería con las del baile que solemos hacer con los bailarines al final de los conciertos. Aunque ha tenido que modificarse un poco por el hecho de que seamos cuatro y no tres.

El tarareo sigue siendo de Tamy, y el primer "Tu silencio me mata, me mata, me mata", de Sonia. Sin embargo, el segundo es de Ro esta vez. Coincide mientras me la llevo de la mano a uno de los pasillos de la cafetería, el que da al baño. Es una referencia a la letra de Fruta dulce que me hacía ilusión meter: "Te digo lo que quieras si me acompañas al baño". No sé si alguien la llegará a pillar al ver el vídeo.

El amor es el amor (Albocío)Where stories live. Discover now