Capítulo 10

1.6K 162 0
                                    

El padre de Anna dió una leve sonrisa cuando la futura monarca tomó los boletos y le dijo: - Complaces a tu Rey, mientras cuando tu vayas de luna de miel, yo iré a visitar a un reino asiático también por el océano y antes de ir al servicio militar dentro de dos años vas a acompañarme a hacer alianzas con otros reinos- terminó de decir eso y le dio la espalda a Anna mientras elevaba su mano izquierda en forma de despedida.

La joven suspiro y pensó en lo irónica que era su vida, ella siendo de la realeza era un tipo de esclava de los deseos ajenos en particular los de su padre, era consciente que gobernar requería también ciertas burocracias pero él ni le daba la oportunidad de dar su opinión y si la daba la refutaba sin siquiera analizarla.
Y al pensar en todo ello se amargó y decidió no ir al jardín, ya no tenía humor para nada pero llamó  a uno de sus lacayos y le ordenó que de manera urgente le consiguiera supresores para el celo de omega, el beta asintió y con apuro el joven montó a su caballo y se dirigió al pueblo.
Luego Anna un poco malhumorada le ordenó a Gerda que le diera las pastillas a la omega; cuando se le pasase un poco más el celo iría ella misma a darle las buenas nuevas.




Ya eran casi las diez de la noche, las maletas ya estaban listas y ahora la alfa se dirigía a la habitación de su esposa, se aclaró la garganta antes de abrir la puerta y apenas la abrió sintió como la pequeña rubia saltó de la cama y agarró su brazo vendado, Anna sintió calidez con ese leve contacto, la omega miraba su brazo atentamente para luego alzar la mirada, sus ojos se encontraron en cambio fue por poco tiempo ya que Elsa desvió la mirada y la soltó.
- Antes que nada gracias por los supresores - dijo Elsa mientras le daba la espalda y se volvía a dirigir a la cama.
- De nada, es lo mínimo que puedo hacer pero hay un trasfondo por esa acción- respondió Anna mientras se encogia de hombros.
- Y se pueden saber cuáles son?- cuestionó la ojiazul mientras se daba la vuelta y le daba a Anna una mirada que no podía interpretar; carraspeo nuevamente su garganta y la alfa respondió:
-Bueno, mi padre nos compro un viaje de crucero para que tengamos una luna de miel y mañana a la tarde debemos partir, si intentas hacer algo para sabotearlo tendré que castigarte- sonrió con esa última parte en mente ni ella misma se reconocía.
Elsa también sonrió.
- No te preocupes no voy a sabotear nada pero sólo pido una distancia prudencial, ni siquiera podría decir que te conozco, eres una extraña para mi y no esperes a que finja  estar enamorada o que vamos a compartir algo más allá; miralo como sólo negocios ya que ambas somos peones para este juego de ajedrez de nuestros respectivos progenitores -
Ahora Anna volvió a reír, realmente pensaba igual pero había algo en su ser que quería perturbar esa seguridad que demostraba su omega.

- Tranquila no te pido nada, más en público si te exijo que finjas devoción, eso sí no me responsabilizo si nacen emociones reales de tu parte- al terminar de decir todo eso le dio la espalda y previo al refutamiento de Elsa ...le deseó las buenas noches mientras cerraba la puerta.


Al día siguiente Anna se levantó extrañamente de buen humor aunque en el fondo no le daba buena espina el viaje.

Matrimonio entre extrañas.Where stories live. Discover now