When A Fire Starts To Burn (Completa)✅

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Capítulo 27

Viajo por corales que me olvidan de

Una superficie que duele

Rubio – Coral

-Kate Cruz –suelta.

Suspiro –¿Por qué ella sería un tema importante? Debes ser más claro.

-Déjame entrar y podré hacerlo.

Juego con las llaves en mis manos y, algo inquieta por su cercanía, asiento. Abro la puerta y veo a mamá con Amber en el sofá viendo alguna película. 

Nos regalan una mirada de sorpresa, pero algo me indica que están fingiendo y sabían que Sean estaba esperando afuera.

-Hola, Sean ¿cómo estas? –saluda Rosa.

Amber sólo se limita a mirar de Sean a mí un par de veces para luego desviar su mirada a la televisión acariciando a Cuervo.

-Bien, señora Davis –le sonríe.

-A lo que viniste –suelto algo fastidiada –. Tengo sueño y quiero irme a dormir.

-Sean, toma asiento –le pide mamá con su encantadora voz. Sé que podría ser más amable, pero el haber relatado algo tan personal hace unas horas con mi jefe me hace sentir algo más cansada de lo normal. Y más irritante.

Hace caso a lo que le pide mamá y se sienta a un lado de Amber. Ella ni se inmuta y sigue viendo la película de Adam Sandler. Me tiro a un lado de Rosa y me cruzo de brazos.

Carraspea apoyando sus codos en sus piernas –Hace un tiempo tengo una leve sospecha de que Kate Cruz te ha estado siguiendo –dejo de mirar mis uñas para prestar atención y me doy cuenta de que me observa.

Me acomodo en el sofá negando –¿Por qué?

Evito soltar alguna pregunta que me haga lucir molesta sobre que los ví juntos y bien cercanos.

-Tenía mis sospechas, pero la noche en que te fui a buscar a la librería, el día del cumpleaños de Amber... la ví pasando cerca de la calle –se remueve en el sofá –. Luego de eso, en demasiadas ocasiones la he visto observándote a lo lejos. 

-¿Cómo estas seguro de que me observaba?

-Porque es algo que yo también hago –veo un pequeño sonrojo en sus mejillas y cómo vuelve a pasar sus manos por su cabello.

-Vaya, Rosa. Deberías pagarle al chico, lo hace mejor que Elliot –sé que actúo como una perra, pero resulta inevitable no sentirme enojada de que me siga vigilando como si yo no fuera capaz de cuidarme sola.

-Elise... –reprocha ella.

Me encogo de hombros –Le comentaremos esto al oficial Will, gracias por tu tiempo, Sean –me  pongo de pie y subo las escaleras sin despedirme.

Siento los murmullos desde la sala. Enciendo mi pequeño parlante y Justin Timberlake me hace algo de compañía mientras busco mi pijama.

Agarro mis cosas y voy al baño del segundo piso para darme una pequeña ducha caliente que relaja mi cuerpo. Vuelvo a mi habitación con el pijama puesto y esta vez es la voz de Rihanna quien me recibe. Al ritmo de Umbrella muevo mis caderas y ordeno la ropa que traía puesta, la dejo con la ropa sucia y agarro algunos cuadernos y libros para llevarme mañana al trabajo y avanzar cuando pueda en mis quehaceres. 

Al girarme me espanto y doy un pequeño grito cuando veo a Sean de pie en el umbral de mi puerta.

-¡Mierda! –coloco una mano en mi pecho –. Creo que casi me da un infarto.