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Capítulo 28

From me and you, there's worlds to part

With aching looks and breaking hearts

The Cure – A Letter To Elise

Si mi vida fuera una película romántica yo aterrizaría de manera suave y precisa sobre sus piernas. Pero como mi vida se basa en desgracias y nunca las cosas resultan como deberían ser, choco con su cabeza golpeando mi labio con su frente.

Sí, llámenme Calamity.

No sé si sea el hecho de que esté ebrio que Sean esté actuando así de impulsivo. Al menos tiene la decencia de recogerme del suelo en donde caí luego del choque que tuvimos y esta vez sí me sienta en sus piernas. Como estoy de lado a su cuerpo, junto mis piernas y paso mi lengua por mi labio inferior cuando siento que comienza a palpitar.

Me siento aturdida. La mano de Sean toma mi barbilla y gira mi cara para que quede hacia él.

-Disculpa, Elise, yo... –comienza a decir pero lo interrumpo.

-¿Qué quieres? Sean ya estoy cansada de esto. Vienes a mi casa a las doce y media de la madrugada, ebrio –miro su frente y no hay rastro de sangre. Bajo a sus ojos, por la oscuridad de la noche no logro dar con el color que me gusta ver en ellos, pero aún así me siguen pareciendo lindos. Su mirada adormilada pasa de mis ojos a mis labios y pasa su pulgar por mi labio inferior, justo dónde recibí el golpe con su frente.

Hago una mueca de dolor. No es algo exagerado lo que siento, aunque palpita y comienza a molestar.

-Te quiero a ti, Elise. Eso es lo que quiero –suelta en un susurro.

Trago cuando su mano derecha rodea mi espalda posándose en mi muslo dejando su calor en la zona, y la otra se mantiene en mi barbilla. 

Veo cómo se aproxima, pero giro mi cara haciendo que su mano caiga. La deja apoyada en mi rodilla.

-Estás ebrio, Sean –enfatizo, observando a Cuervo.

-¿Y? Se supone que los ebrios dicen la verdad –sonrío ante sus palabras –. Llevo como una hora sentado aquí, Elise. 

-¿Qué quiere decir eso? –volteo mi cara para observarlo.

-Que el frío ya hizo su trabajo. Quizás apesto a cerveza, pero me siento más que seguro de mis palabras.

Cuervo llega a mi lado y coloca sus patitas delanteras en mis piernas, lo tomo entre mis brazos y comienzo a acariciar su suave pelaje.

-¿Qué hacías bebiendo un día domingo?

-No es cualquier día, es tú cumpleaños.

-Entonces es mi culpa –aseguro.

-Sip.

-!Oye! –golpeo su brazo de manera suave –¿Por qué sería mi culpa?

-Porque te rehúsas a salir de mi cabeza –Cuervo ladra y ambos nos enfocamos en él –. Nunca había envidiado tanto a un perro –dice al ver como lo sigo acariciando.

Suelto una risita y al subir mi mirada siento su mano una vez más en mi barbilla. El perfume que siempre lleva entra por mis fosas nasales, ese mismo que, de alguna manera, me tranquiliza. Se aproxima y esta vez no me alejo.

Su mano se posa en mi mejilla y su pulgar acaricia mi pómulo. Su nariz roza la mía y su aliento a cerveza se vuelve más cercano. Dejo que me bese. Empieza con suaves toques en mis labios. Entonces cierro mis ojos y de a poco me dejo llevar por sus caricias. 

When A Fire Starts To Burn (Completa)✅Where stories live. Discover now