Cap 27

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Narrador omnisciente.





—No seas cruel con la recién llegada. Mejor dicho, de los recién llegados—

—¿De qué hablas, Damian?— respondió.

—Mira, Jack, ¿sientes eso? Ella no vino sola hasta aquí, es imposible.

El llamado Damian empezó a caminar lentamente por los alrededores.

—Sé que estás aquí, niño. Tu asqueroso aroma se siente en toda la habitación. Sal de una vez o tendré que matar a la súcubo.

Su voz resonó por toda la habitación. Logrando asustar a los tres restantes jóvenes.

— Voy a contar hasta tres. Si quieres que tu amiga viva, será mejor que muestres tu miserable cara ahora.

El encapuchado se dirigió a la red donde estaba la súcubo, aún luchando por salir de la red que estaba haciéndole daño. Sacó un cuchillo ceremonial y la levantó tan alto como pudo.

Antes que este pusiera en marcha la cuenta regresiva, TN había salido del escondite. Parado a unos metros de aquel con guadaña.

—Buen chico.

El hombre bajó el cuchillo lentamente, dejando el cuchillo en el suelo.

"Es todo o nada". Pensó el chico de (color de pelo) viendo al hombre acercarse lentamente hacia él.

—Dime, ¿cómo llegaste hasta aquí?

—Caí desde una casa abandonada.

—¿Qué?

—Tal como escuchas.

El hombre se quedó en silencio, debajo de la capucha guardaba su expresión de confusión, el chico simplemente se encogió de hombros y empezó a caminar, así ganando la atención de los dos encapuchados hacia él.

—Estaba caminando hacia mí apartamento cuando de repente veo una muñeca en la puerta de una casa, pensé: Qué raro. Y entré, investigué el lugar, tomé un té y caí por una esquina de la sala....

Mientras el chico empezaba a hablar y hablar sobre cosas que poco o nada tenían que ver con la actual situación, las dos restantes, de forma sigilosa, redujeron a uno de los encapuchados más cercanos a su amiga atrapada en la red.

Exitosamente lograron noquearlo, lo dejaron en el suelo y le despojaron de su armamento.

Las tes chicas se dirigieron de nuevo al montón de huesos y restos humanos aún no descompuestos a la espera de una oportunidad perfecta para el escape.

Se mantuvieron en silencio hasta que la  súcubo salió de su trance, regresando a su estado normal, no sin antes pegar un grito que alertó al único hombre atento a la explicación del joven sobre cómo hornear un pancake usando un palillo para los dientes.

—Maldición.

—¿Cómo fue que-...? — el hombre volteó a ver a su compañero, quien estaba en el suelo inconsciente.

Los jóvenes no perdieron el tiempo, la castaña abrió la puerta y ordenó el escape. Todos salieron de allí, dejando al hombre dentro de la habitación.

En el camino de huida notaron varias cosas que habían cambiado. En primer lugar, habían más entradas que antes, un sinfín de túneles que llevaban a lugares que no conocían.

Tras pasar la primera de más tres puertas hacia su libertad, sintieron el sonido y temblar de una multitud de personas que iban hacia su dirección.

—Esto ko es bueno. — dijo entre jadeos la castaña para luego abrir la segunda puerta y seguir corriendo.

—¿Alguna idea de cómo podremos volver a la superficie?— dijo TN mientras corría ignorando las miradas de los sujetos tras las celdas de cristal.

—Tengo una idea pero no sé si vaya a funcionar— la menor de los cuatro dijo mientras era cargada por la súcubo. En sus pequeñas manos traía la caja que TN había guardado, el cable de este estaba conectado al antebrazo de la menor gracias a un conector no especificado.

—Solo necesito unos segundos más y podremos salir de aquí— agregó.

Cruzaron la tercera puerta, sintiendo cómo el camino se iba acortando poco a poco mientras una turba de personas con el mismo tío de vestuario que los otros dos hombres los seguía, casi pisando los talones de los cuatro jóvenes.

Finalmente llegaron a la última puerta, por lo cual la castaña tuvo que tomar en brazos a la menor puesto que la súcubo era la única que podía abrirlo.

Las marcas de encendieron una vez más, la rubia puso la mano sobre aquella pared de piedra y la abrió por la mitad, permitiendo así el escape casi definitivo.

Tras cruzar la gran puerta, la rubia cerró el acceso, mantuvo la mano extendida hacia el portón de piedra para que no pueda abrirse fácilmente.

—E-es difícil mantener esta cosa cerrada cuando hay centenares de personas tratando de cruzar del otro lado.

—Mantente así, Serena. Solo un poco más.— rogó la castaña mientras colocaba a la menor en el suelo. Ya casi estaba lista la salida.

La menor estaba terminando de analizar el objeto para determinar su funcionamiento pero la presión de no lograrlo a tiempo hacia que retrasara el avance.

—Y-ya casi está.. Pero no creo poder moverme cuando lo active.

Todos asintieron ante la menor. La súcubo entonces cayó inconsciente tras el sobreuso de su extraña habilidad, obligando a la castaña a ir por ella y tratar de llevarla cerca del grupo.

La puerta se abrió, dejando paso a los centenares de personas que perseguían al grupo de menores. El ruido de la turba no hizo más que alterar a la menor que, en un buen o mal movimiento, terminó activando la caja, proyectando en el suelo un portal de brillo azulino.

TN cargó a la menor y volteó a la espera de sus otras dos compañeras, la castaña llevaba problemas para llevar a la súcubo, ahora inconsciente, hacia TN y la menor.

Nuevamente la rubia abrió los ojos, las marcas empezaron a arder, causando quemaduras a la castaña quien la soltó en un mal movimiento. La rubia desplegó sus alas que poseían el mismo color y temperatura que sus marcas corporales, una columna de fuego emergió desde el suelo, haciendo que la turba que los perseguían cesacen su movimiento momentáneamente.

La castaña se encontraba en el suelo, quemaduras graves en su pecho y brazos, viendo al chico cargando a la menor.

—Vete ya.

De la barra de fuego salieron dos figuras, los mismos hombres con los que se encontraron antes. Ambos empezaron a ganar velocidad para alcanzar a la súcubo y, posteriormente a la castaña.

—¡Vete de una vez! — exclamó con sus últimas fuerzas antes de ser silenciada por los captores y caer inconsciente.

Narra TN.








El tiempo se realentizó, el eco de la voz de Anne gritando que saltara, la imagen de Serena siendo inmovilizada por 6 hombres encapuchados y Anne completamente inconsciente quedaron grabados en mis ojos.

Volteé hacia el portal, con Lizzy entre mis brazos. Lágrimas empezaron a caer, cerré mis ojos y, tras una bocanada de aire, salté.


























Estaba de vuelta, de nuevo en aquella casa. Sentí algo cálido tocar mi brazo derecho, donde estaba la cabeza de Lizzy, había sangre en mi antebrazo.



























Salí de la casa, aún con Lizzy en brazos. Las demás voltearon a verme desconcertadas, hasta hace unos segundos Lizzy se encontraba despierta... Hasta hace unos segundos estaba Serena cuidando de Lizzy.... Hasta hace unos segundos tenía a mi hermana conmigo.





























Continuará.. 

Una Historia Con SCP's [Discontinued] Where stories live. Discover now