Cuentos Sexxxuales |BTS| {One Shots}

Elígeme a mí: final

4 meses antes:

La sonrisa de Hoseok se extendía por todo su rostro en cuanto se hubo alejado de la casa de Gyeong, con los tres pares de ojos clavándose en su nuca mientras caminaba. No podía evitarlo, no podía evitar sentirse triunfante ahora que había logrado su objetivo.

En todos los meses que llevaba 'saliendo' con Gyeong, la chica jamás había dado indicios de sentir otra cosa por él que no fuera deseo y lujuria. Sabía que Gyeong lo veía solamente como un jodido juguete con el que podía follar cuando quisiera, pues lo había demostrado.

Incluso cuando había estado con otras mujeres en su presencia, cuando se les acercaba a otras chicas para hacerla sentir celosa, ella jamás había mostrado algo, ni remotamente cercano a los celos, mucho menos al amor.

Pero justo ahora, había encontrado su punto débil. Quien la hacía salir totalmente de su papel frío y desinteresado. La persona que él menos esperaría a decir verdad.

Era nada más y nada menos que su hermana gemela, _____.

Lo sabía, estaba mal. Aquello que en esos momentos se le estaba cruzando por la mente. Pero maldita sea, estaba perdido por esa mujer, Gyeong lo había atrapado desde el primer momento en que la había visto, había hecho que sus emociones dieran un giro de 360 grados, algo que nunca había sentido con alguien más. Algo nuevo para él, pero que a la vez se sentía jodidamente bien.

Si solo Gyeong no fuera una hija de puta, que solo lo usaba...

No le importaba, lo que tuviera que hacer para tenerla a su lado. Fuera malo o bueno, él estaba dispuesto a enfrentar las consecuencias, todo mientras pudiera tenerla a ella, completamente y solo para él. Mientras pudiera tener a Gyeong en sus manos.

Y sabía como lo haría, porque en el momento en que notó la mirada asesina de la chica sobre su hermana cuando la besó frente a ella, supo que era la oportunidad que estaba buscando.

Podría darle celos con su propia gemela, con _____.

*****

Miraba a las líneas en su plato fijamente como la cosa más interesante del mundo en ese momento, mientras escuchaba detrás de ella las voces que reconocía perfectamente. Riendo, hablándose con cariño, como si nada hubiera pasado.

Como si nada pudiera perturbar su amor.

Suspiró, hundiendo el tenedor en su lasaña, la cual deducía ya estaba demasiado fría para saber bien. Aunque si estuviera caliente, no le habría atraído de todas formas.

Pero tenía que comer. No podía dejar de comer y hacer su vida solo por una tontería. Una tontería que la había hecho perder el sueño y apetito los últimos días.

Una tontería que la había hecho pedazos.

Habían pasado solo 10 días desde el incidente. Así lo llamaba ella, porque se suponía, no quería darle más importancia de lo que ameritaba. La vida no se acababa solo porque alguien te rompió el corazón, eso pasaba todos los días, a cientos de personas en el mundo. Ella no fue la excepción, no esperaba serlo.

Entonces ¿Por qué había bajado casi 3 kilos en solo una semana? ¿Por qué la sombra negra bajo sus ojos se volvía más pronunciada cada día?

¿Por qué seguía llorando todos los días por aquel tipo que no había hecho más que hacerla sufrir?

Sacudió su cabeza, intentando apartar las lágrimas que se estaban formando en las comisuras de sus ojos, justo en aquel momento.

Agh que malditamente impertinentes esas lágrimas.