Capítulo 3

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Disclaimer: Los personajes de My hero academia y su mundo pertenecen a Kōhei Horikosh, en cambio la historia es de mi autoría.

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El sonido de su alarma la despertó de forma abrupta, luego de apagar el molesto ruido se quedó unos minutos acurrucada en su cama. Ella siempre ha reconocido que no es muy amiga de despertar temprano, sobre todo cuando las temperaturas comenzaban a descender y las ganas de permanecer en su cómoda cama eran bastante tentadoras.

Uraraka dejó de perder el tiempo y se dio ánimos para levantarse, se dirigió al baño a darse una ducha y luego de vestirse preparó su desayuno. Al estar sentada en el comedor de su departamento sonrió feliz ante la vista que tenía ante sus ojos. Aún estaba pagando su nuevo hogar pero no podía estar más orgullosa de sí misma.

Era un espacio hogareño de 2 habitaciones, un baño y cocina, en donde las paredes eran de un color crema, una gran ventana daba la salida al balcón, un amplio living-comedor siendo decorados por un sofá color beige en forma de L en donde reposaban pequeños cojines en un tono verde pastel, frente a este se encontraba una mesa de centro de vidrio con pequeñas suculentas y algunas figuras decorativas. Al lado del sofá había una repisa en la cual reposaban varias fotografías de los momentos más importantes de su vida junto a su familia y amigos; y por último un televisor adornaba la pared frente al sofá.

Bebió su chocolate caliente mientras el sol comenzaba a inundar el interior de su hogar. Hace bastante tiempo que no se había sentido tan plena y feliz.

Ya abrigada y lista para salir rumbo a su trabajo se dio unos leves golpecitos en sus mejillas.

—Hoy será un gran día.

Estacionó su vehículo en las dependencias del gran Healer Hospital y se dirigió al sector donde ella trabajaba.

Llevaba 3 años trabajando como terapeuta ocupacional (*) en aquel hospital, profesión que se encargaba de la rehabilitación por medio de la ocupación en todo el ciclo vital. Ella se desenvolvía en las áreas de neurología, específicamente enfocándose en la rehabilitación de personas que han tenido algún ataque cerebro vascular y en el área de traumatología.

Nunca en su vida pensó que iba a terminar trabajando dentro de un hospital. De pequeña y como la mayoría de todos los niños ella había soñado con ser heroína y a su vez poder ayudar a sus padres quienes en ese momento pasaban por una delicada situación económica, además posee un don bastante útil el cual es la gravedad cero, que le permite hacer flotar todo lo que toca con sus manos.

Debido a varias circunstancias en el transcurso de su vida desistió de su sueño y comenzó una carrera universitaria de la cual no se arrepentía, ya que siempre se le llenaba el pecho de felicidad al ver los logros que conseguían las personas gracias a la rehabilitación.

Absorta en sus pensamientos no se percató de que ya estaba en los vestidores. Se cambió a su traje clínico y saludo a los demás colegas que encontró.

La mañana pasó volando, era su hora de almuerzo y en compañía de Tsuyu fueron rumbo al comedor.

—Te noto preocupada Ochako-chan— le mencionó su amiga quien la miraba fijamente.

Una mueca rara apareció en su rostro mientras tomaban asiento en la cafetería.

—Estoy nerviosa, ya sabes, por atender a Bakugo-san— reconoció.

— ¿Así que ti te derivaron su caso?

Una tercera voz masculina se sumó a la conversación. Ochako observó cómo su amigo, Todoroki Shoto, tomaba asiento a su lado.

Dime que estará todo bien (KACCHAKO/BAKURAKA) Finalizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora