One Piece x Lectora (One-shots/+18)

•💛Dracule Mihawk💛•

Isla Kuraigana/ (Este one-shot está situado en el timeskip.) :v

--Aqui está.-- Dijo la chica, dejó una botella de vino y una copa en la mesa frente del mayor.

Se alejó, sin pronunciar ni una sola palabra más. No tenía nada que decir.

--(T/N).-- Llamó Mihawk, deteniéndo a la nombrada. Aún asi, ella no se dió vuelta.

--¿Que quieres?-- Preguntó fria, cortante y distante.

Desde aquel día, ella se había vuelto más fria de lo que era antes.

Mihawk no respondió.

Al no tener respuesta, (T/N) se retiró.

Se metió a su habitación. Estaba demasiado furiosa. Aunque él no tenía la culpa, ella fue la única culpable por ser tan estúpida.

(T/N) fué a tomarse un baño y se cambió. Se púso su ropa interior y una camiseta larga que le cubría la mitad del muslo.

No podía dormir.

Desde que había llegado a aquella isla, se había fijado en aquel hombre. El era tan distante y cortante, cosa que hízo que ella se interesase más en él.

Y hace unos días, se le había confesado. No había obtenido respuesta algúna, y desde ese día, ella había sido más fría con el.

Mihawk caminába por aquel castillo, llegó hasta la puerta de la habitación de la jóven.

Mierda. Desde aquella chica llegó, se notába lo madura y prudente que era. Totalmente diferente a los otros dos idiótas que había conocido. Perona y Roronoa Zoro.

Ella era distante y fría. No sabía el por qué. (T/N) era una piráta, aunque no tenía tripulación, le gustába estar sola. Quería convertirse en una espadachína. Tenía que derrotar a Zoro y a Mihawk para ser la mejor espadachína.

Cada vez que ella peleába con el peliverde, ningúno de los dos lográban derrotar al contrario. Siempre empatában. Si no parában, podrían pelear por meses.

Siempre se concentrába en entrenar y volverse más fuerte. Cosa que le gustába al mayor.

(T/N) hacía lo que tenía que hacer. Sin imprevistos, ni estupideces. Hablába lo que tenía que decir, sin establecer más conversación.

Era seria, nada más.

Mihawk siempre se ha preguntádo si aquella chica era feliz. El no era ningún entrometido, pero aquella jóven despertába cierto interés en él, y no despertába solo interés, despertába otra cosa más.

Pero el mayor jamás ha escuchádo a la chica reír, o nunca la había visto sonreír.

Moría por verla sonreír. Quería ser la causa de su felicidad.

Aunque era un serio y frío, seguía siendo un hombre y tenía sus necesidades. Pero no solo quería satisfacer sus necesidades, quería estar con ella.

Cuando (T/N) le confesó que estaba enamorado de el, él se había sorprendido internamente.

Tal vez tenía un rostro serio e inmutable, pero por dentro se moría de la sorpresa y felicidad.

Tal vez era demasiado orgulloso. O narcista, bueno, no se considerába un narcista o un arrogante.

Aunque se sentía afortunado de poder sentir lo mismo que la chica sentía por el. Y tenía que arreglar las cosas, tenía que aclarar lo que el sentía por ella.

Tocó suavemente la puerta de la habitación de aquella chica, con los nudillos. Con cuidado, de no despertar a Perona, mientras que Zoro entrenába afuera en el bosque.