Capítulo Cuarenta: Placer

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Después de todo, papá nunca dejó mi seguridad de lado y solo ha querido que este bien todo este tiempo

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Después de todo, papá nunca dejó mi seguridad de lado y solo ha querido que este bien todo este tiempo. Fuera de los peligros en los que la familia Blythe se involucró.

Aaron: Estoy en tu casa, por favor hablemos. No quiero que estemos peleados nena, te amo.

Releo nuevamente su mensaje cuando llego a casa mientras la cochera eléctrica se abre después de haber presionado el botón automático de una de las llaves.

¿Por qué todo está siendo tan complicado con él? Últimamente solo hay dramas inseguros por su parte.

Bajo del auto, dejo mis cosas en el coche y subo las escaleras rumbo a mi habitación.

Estoy por responderle el mensaje para decirle que me espere unos minutos antes de bajar, pues no pudo verme llegar porque ingrese por la parte trasera de la casa.

Cuando entro a mi habitación doy solo dos pasos cuando me detengo abruptamente.

Hay un enorme ramo de rosas rojas sobre mi escritorio y una pequeña nota que sobresale de estas.

Me acerco hasta ellas e inspiro su aroma un momento. Delicioso el olor a naturaleza que desprenden. Miro alrededor para ver si hay alguien en la habitación además de mi y no encuentro a nadie.

"Existen muchas personas en el mundo a quien amar, yo me decidí por ti, mi corazón te eligió a ti. Lo hace ahora, lo hará mañana y si me permites existirá un futuro para nosotros. Mi mente te piensa siempre que puede y mi cuerpo te pide a gritos cuando estas cerca. Eres mía por donde lo veas y tus labios lo confirman cuando te toco"

Todo era rosa y dulce hasta que el "Eres mía" apareció pero ¡Vamos! A quién miento, su lado posesivo me pone muchísimo siempre y cuando no pase la raya que lo lleva al extremo en donde es cuando empiezan las peleas, justo como la que tenemos ahora.

Marco su número y al tercer timbre me contesta.

—Gracias por el detalle, me ha encantado.

—A mi me encanta más verte—contesta al otro lado de la línea pero a la vez escucho su respuesta a mis espaldas.

Me giro y efectivamente lo tengo en frente. Corta la llamada, guarda su celular y se acerca a mi.

—Siento ser tan idiota la mayor parte del tiempo. Odio ver a otros hombres alrededor de ti, siquiera la idea de otro que no sea yo tocandote me revienta las pelotas. Y lo que escribí en la nota es verdad, yo sí veo un futuro para nosotros porque ¡Joder nena! Me tienes enamorado hasta los huesos de ti.

La mala de la novela©Where stories live. Discover now