Simplemente Clara

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Hola Maho aquí. El primer dia de escuela siempre es estresante, la incertidumbre de quedar solo es aterradora, digo la escuela puede ser un martirio y mas si no tienes con quien compartirla. Ya saben lo que dicen a la desgracia le encanta la compañía.

Observando el enorme edificio que se alzaba frente a mi, solo podía provocar que me doliera el estómago.

Una cantidad enorme de futuros estudiantes caminaban a mi alrededor. Todos eramos humanos normales, pero nadie saldría como entro, despues de todo hoy era el dia de la ceremonia de entrada de la gloriosa academia Koina.

Frente a mí, un enorme edificio de paredes de ladrillo, construido como si de una fortaleza se tratara, lleno de hermosos vitrales de colores y grandes escaleras.

"¡Maho!"

Gritó una voz en mi oreja.

"Perdon, es solo que esta escuela es bastante impresionante."

Conteste al auricular que colgaba de mis audífonos. Actualmente hablaba con mi mejor amiga... por no decir mi única amiga por teléfono.

"Pensar que tu mamá te obligaría a ir a un internado para niños ricos."

No es que fuera una mentira, dentro de las academias mágicas la academia Konia era una academia de élite, sólo los hijos de las familias más influyentes, o verdaderas promesas pueden entrar.

Siempre supe que la familia de mi mamá tenía dinero, después de todo dudo que mamá hubiera podido pagar todo, solo con su sueldo como anticuaria en el museo de la ciudad, pero creo que había subestimado su poder económico.

"No hay mucho que pueda hacer, parece ser una antigua tradición familiar."

Solté un pesado suspiro.

"¡O el dolor de ir a una buena escuela colmada de lujos!"

Exclamó la niña al otro lado del teléfono, obviamente siendo realmente sarcástica.

"¡No es eso! ¡Es que en verdad quería ir contigo a la escuela Amelia!"

"¡Eh!"

Un pequeño grito agudo vino del otro lado del teléfono. Su linda voz tartamudeaba sin poder decir una palabra completa.

"Bueno parece que las listas están publicadas, tengo que colgar."

"Si, eh... Buena suerte, espero verte pronto."

"Igual yo, cuidate."

Y con esa línea colgué el teléfono, la sensación de usar un celular en una ciudad mágica era un poco anticlimático, pero por lo que había podido apreciar en los últimos días, la sociedad mítica, como se llama normalmente, no tiene reparos en usar la tecnología normal, o incluso combinarla con la magia.

Delante de mí estaba una gran multitud de adolescentes que se aglomeraban frente a enormes pantallas de cristal, en estas se proyectaba una lista de grupos, que decidirán el orden en el que pasaremos a nuestra ceremonia de despertar.

Era un poco decepcionante lo normal que se sentía la escena.

Esta ceremonia se llevaba a acabo dos semanas antes del inicio de clases. Para que así nos podamos acostumbrar a nuestros nuevos cuerpos. la solo idea de que en unas horas ya no sería el mismo, me provocó un escalofrío.

Lentamente la multitud fue reduciéndose hasta que pude caminar, sin tener que aventar codazos y empujones, yo realmente no veo el amor de una multitud como dice Risa.

Herencia MágicaWhere stories live. Discover now