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• Tercera Parte •
No le quedaba mucho tiempo y ya se estaba comenzando a desesperar, sin duda su amiga era buena ocultando cosas; había pasado toda la mañana revolviendo tanto el interior como el exterior del closet de Yuqi y aun no daba con algo en donde meter la llave.
- AH! ¿Dónde? ¿Dónde?
Minnie detuvo su búsqueda y se alejó del mueble para apreciarlo con detenimiento a distancia. Se veía como un closet cualquiera, pero ella sabía que escondía algo.
- ¿Y si...?
¿Qué tal si la llave no era para el closet en sí? ¿Y si el closet solo guarda la cerradura?
Cual si un foco se prendiera en su mente vio como aceptable la posibilidad de que dentro del closet hubiera un objeto que le cupiera la llave.
Con prisa se acercó de nuevo y comenzó a palpar los objetos que este contenía, había mucha ropa, pero en la parte baja habían más de 12 cajas de zapatos, comenzó a removerlas y sin dar con algo.
- Nada
Bufo cansada y del coraje pateo fuerte una de las cajas de zapatos haciendo que esta se volcara liberando la tapa.
- ¿Pero qué?
Sorprendida se apuró a tomar el contenido de esta entre sus manos, saco una especie de pequeño baúl, al tenerlo cerca noto que contenía una cerradura, con prisa acerco la llave para probar sí encajaba.
Metió la llave en la cerradura y no hubo problema al girarla. Bingo!
- ¿Qué escondiste Yuqi?
La verdad es que no tenía idea de que podía ser lo que Yuqi había guardado bajo llave, pero el hecho de ver varios sobres blancos con nombres en su exterior si la sorprendió, más por ver su nombre en uno de ellos.
Rápidamente dejo el pequeño baúl en la cama y corrió a acomodar las cosas que había sacado del closet tratando de ponerlas tal y como las había encontrado, al terminar de hacerlo se apuró a coger el baúl en sus manos para llevárselo a su alcoba.
Abrió la puerta encontrándose con el pasillo vacío y a paso apurado avanzo hasta llegar a su puerta.
Ya dentro cerro poniéndole pestillo a la misa; corrió a la cama y una vez sentada volvió a abrir el baúl, apresurada saco el sobre con su nombre y lo abrió, para encontrarse una hoja blanca doblada, con prisa la desdoblo encontrándose con el mensaje de su amiga.
Supongo que para estas alturas ya encontraste el baúl, gracias por no tomar como locura lo que te dije, esto es muy importante para mí y necesito tu ayuda .....
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La avenida principal estaba vacía en comparación al flujo constante que aguantaba cada día a la misma hora, pitidos molestos de los conductores y motores rugiendo eran una constante; sin embargo, ahora todo era muy silencioso, pero en particular en un vehículo.
