Carajo (Diabolik Lovers X Malé reader seme) En Pausa

7- Algo doloroso que recordar

Narra el escritor:

Te giraste y viste a Laito, este tenia una sonrisa divertida, claro, hasta que vio tu mirada psicópata, y realmente aterradora, tenías también un tic y la vena de tu cuello estaba marcada... Sexy fue lo que pensó el vampiro, pero rápidamente lo desecho.

Hasta que fue empujado contra los casilleros.

Estabas encabronado, Laito puso sus manos en tu pecho, y tú estabas casi sobre el, con tu ante brazo derecho sobre la cabeza del vampiro, y tú mano sobre su barbilla.

Angel:--aun serio-- escucha lindura --susurraste de manera ronca por el enojo-- tú no te metas en mi vida, y yo no me meto en la tuya, no tienes porqué saber algo de mi, si nisiquiera te conozco --susurraste contra sus labios--

Laito estaba en shock sus piernas le estaban temblando, su perfume olía riquísimo, nunca había olido un perfume tan rico y que no le asqueara, además, los latido de tu corazón los podía escuchar perfectamente y la forma en que lo tenías, nadie, jamás lo había hecho, así que era algo nuevo y para qué negarlo, exitante para el.

Laito: o si no que? --gruño un poco exitado pero aparentando enojo--

Angel:--sonrie-- te romperé esa linda carita hermosa que tienes, y te haré gritar de dolor por horas --serio--

Obviamente, el tu mundo, eso era tomado como una advertencia, pero al vampiro le recorrió un escalofrío por la columna, ¿Lo harías gritar de dolor? Podía sentir tu hombría un poco pegada a su pelvis, y digamos que no era pequeño, según lo que él pensaba.

Angel:--le besa la frente-- que bien que te quedó claro lindura --se gira y camina hacia su salon--

Laito se deslizó por el casillero, y soltó un leve jadeo, ¿Que carajos había pasado? ¿Porque mierda se había sentido así? Y lo más importante ¿Porque sentía algo parecido a los latidos de un corazón, golpeando tan fuertemente contra su pecho? Y lo peor, estaba exitado, se tapó el rostro son saber que hacer, aún sintiendo el olor a perfume contra su nariz, sintiendo un cosquilleo en su frente, y su cuerpo levemente caliente. Nisiquiera la rubia humana lo había puesto así, corrección, nadie lo había hecho sentir así.

Mientras tanto tú estabas pensando en diferentes formas de suicidarte, esto ya estaba fuera de control, caminante hasta tu salón y al entrar pediste perdón por el retraso, no pasaron ni 15 minutos cuando viste entrar a los vampiros, los ignoraste y te hundiste en tus pensamientos.

.... Elena....

Llegabas de la escuela, tenías solo diez años, venías con tus lindos ojos azules llenos de lágrimas, tenías un poco de tierra en tu cuerpo, y algunas heridas, en eso una mujer de unos 40 años te tomo en brazos.

Elena: hola pequeño --lo acurruca en un abrazo--

Angel:--suelta un pequeño sollozo-- hola --infla un poco sus mejillas y se limpia la nariz con la manga de su (ahora) sucia ropa--

Elena: ¿Te peleaste otra vez cariño?--lo sienta en la mesa y va a mojar un trapo, despues vuelve y limpia con suavidad las heridas--

Angel: si, pero yo no quería, ellos fueron Los que empezaron --frunce su seño y hace un adorable puchero--

Elena:--sonrie-- espero que hayas ganado --rie y le acaricia el cabello--

Angel:--sonrie-- obviamente --rie suavemente y de forma tierna--

Elena: oye cariño --le acáricia la mejilla-- te tengo un regalo.

Angel:--ladea su cabecita-- ¿Regalo?

Elena:--sonrie-- Feliz cumpleaños! --le extiende una caja--

Aquí abriste la cajita que tenía un bonito papel de colores, dentro de ella habían unas dagas, unas que habías estado pidiendo desde hace tiempo, eran bonitas y tenian tu nombre talladas en ellas.