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Sentí como todos los chicos del equipo se venían sobre mi a abrazarme y festejar otra victoria del juego.

Sonreí sin tantos animos pero de igual forma los acompañe en sus festejos, en realidad no pude encestar nada porque lo había hecho Mingyu. Durante todo el partido la pasé viendo las gradas, esperando a que alguien me alentara de la manera en que Valeria lo hacía, pero no, sólo habían personas contratadas para ser el público "enloquecedor" y unos cuantos fans de cada idol del ambos equipos, si habían unas cuantas nctzens pero yo esperaba ver a Valeria en vez de Sunhee. Aquello fue mi estúpida distracción.

Mierda, quiería verla allí, sentada, con su traje de porrista y sus grandes pompones en sus manos moviendolas mientras sus ojos estuvieran sobre mi, sonriéndome.
Valeria nunca me había dejado tan jodido, por toda esta mierda que pasó no ha querido acercarse siquiera ha saludarme. Nada más con recordar toda la cagada me debastaba aún más.

- Ve a ducharte, apestas a sudor y a perfume - Demandó Suk con un tono de diversión en su voz, despabilé de mi mente cayendo en cuenta que me había quedado parado en medio del gimnasio. Los espectadores comenzaban a irse del lugar mientras que el equipo personal se encargaban de desintalar sus cámaras.

Asentí con la cabeza y troté hacia donde estaban los demás que caminaban hacia el pasillo de las duchas, cada quien se dedicó a ducharse oara quitarse el sudor y relajarse por un rato, el otro equipo había sido rigido.

Estaba ordenando mis cosas mientras los demás terminaban de cambiar a ropas normales, había escuchado que planeaban ir a algún sitio de Itaewon a festejar pero hoy no me encontraba de animos.

- Jae - La voz de Eunwoo se escuchó como un puto zumbido. Sólo hice un sonido desde el fondo de mi garganta sin necesidad de girarme, quería ducharme e ir a mi departamento a beber y comer pollo frito. - ¿Quieres qué te esperemos? Ya todos estamos listos e iremos a un bar.

- No hace falta, vayan, yo estoy muy agotado - Dije apacible.

- Oh... bueno, cuidate - Accedió Cha y escuché las suelas de sus zapatos sonar, dado por entendido que se dió la vuelta y comenzó a caminar a fuera del cambiador abriendo y después cerrando las puertas, podía escuchar las risas de los demás y hasta mi nombre ser preguntado por mi ausencia.

Chequeé de que no había más nadie en el lugar y comencé a quitarme la mojada y pesada ropa, había sudado mucho que terminé empapando todo el uniforme. Me quité el boxer, tomé mis cosas para ducharme y colocando mi toalla en mi hombro caminé hacia alguna de las duchas para correr la cortina de ella, ordenar todo adentro y abrir el grifo.

Solté un gruñido cuando sentí la fría agua tocar mi cuerpo, seguí parado allí por un buen rato hasta que decidí en hacer mi aseo, no tenía ganas de hacer nada ni mucho menos festejar algo que no era mi felicidad, debería de ir a descansar.
Terminé de ducharme y al cabo de veinte minutos, que debieron de ser menos en realidad, salí directo hacia el banco donde estaba mi bolso solamente con mis cosas y una toalla rodeando mi cintura.

Comencé a vestirme tranquilamente, saqué mi ropa del bolso, pero al momento de abrir un pequeño bolsillo para buscar mis airponds mis ojos se fueron a la cajita, esa que no le había dado mucha importancia, ningún interés. Desde el partido pasado lo había guardado allí.

Terminé de colocarme la ropa y me senté en el banco sin dejar se observar la caja, mis manos se fueron sobre el y lo tomé abriendolo, encontrándome con el brazalete de un balón de baloncesto que me había parecido adorable. Nadie me había regalado algo así.

Lo saqué con cuidado de la caja y lo miré por un momento. Inmadiatamente la risa de Valeria y su brillante rostro llegaron a mi mente, causándome cierta y jodida miseria.

Soy una mierda, soy una mierda, una bastarda mierda.














Me removí sobre mi sabrosa y comoda cama tras escuchar unos mamaguevos sonidos.

De pana, si es Santiago que ha regresado vuelto mierda de ese bar con Surang, no lo dejaré entrar al departamento. Ya lo dije.

- Mm ¿llegó Santiago? - Preguntó Doyoung con la mitad de su cara sobre la almohada mirándome fijamente, giré mi vista hacia su lado y solté un suspiro fastidioso. - Yo voy, déjame colocarme colocarme la camiseta..

- No, yo voy. Seguramente no encuentra como abrir la puerta - Aclaré pesadamente mientras frotaba mis ojos.

Pateé el endredón de mala manera y arrecha me levanté de la cama, pero volví a poner la sabana en su lugar porque había desarropado a Doyoung, éste se removió sobre la cama y siguió durmiendo.
Sentía mi cuerpo pesado y mi cara súper dormida, seguramente la tenía hinchada pero esos sonidos insistentes de la puerta de mi casa ya me hicieron abrir los ojos por completo. Salí de mi frío cuarto y caminé por el largo pasillo, le mente la madre a maduro por milésima vez antes de pasar por la sala.

Mis queridos pures andaban en el negocio, como eso era de tres plantas, habían remodelado todo para quedarse allí las veces que tenía que hacer cuentas por las facturas de las ventas, so, eso era la mayoria de las veces, por lo que el departamento quedaba a cargo del culo alegre de Santiago o de mi, pero en este momento había quedado sola con Doyoung porque estuvo todo el día pegado a mi, los demás muchachos me visitaron pero sólo al medio día cuando les dije que ibamos a ser carnita asada con cachapa en la terraza.

Ja' weno, de coñazo se llegaron pa' acá y me trajeron regalos.

Taeyong me regaló unas cholas addidas rosadas, Johnny unos airponds nuevos, Haechan una pijama de de fresitas; me obligó a colocarmelo cuando él se pusiera el suyo porque eran conjuntos de pareja. Taeil me dió un set de maquillaje que en vez de quedar maravillada fue mi mamá quien reaccionó por mi, de igual forma me gusto, aunque no me gusto burda tener pegostes en la cara. Por otra parte Jungwoo me regló un collar sencillo con la letra V de dije, lo adoré tanto que me lo pusé en ese mismo instante, y no me lo voy a quitar nunca, y Yuta me regaló cuatro anillos , de esos que se ponen a mitad del dedo, eran muy preciosos.

Y Doyoung fue muy cuchi, porque fue el primero en aparecerce a las 8 de la mañana aquí con un gran ramo de rosas junto a varios globos, peluches, regalos y dulces. Podrá verse muy tipico y todo pero todo viniendo de él era demasiado único. !Hasta me cantó la canción que había escuchado cuando me besó por primera vez!

Admito que me dió risa porque cuando empezó a cantar en mi cuarto, mientras yo recién levantada tratando de no morirme otra vez del sueño estaba en mi cama escuchando su voz. Mi mamá veía todo desde el umbral de la puerta con su cámara en la mano grabando todo con ganas de llorar, a la vez que Santiago y mi papá estaban detrás de ella, cruzados de brazos y casi quedandose virolos de tanto torcer los ojos.

- !Que ya voy, nojoda! - Chillé aún somnolienta llegando a la puerta a pasos lentos a la vez que me acomodaba la sudadera que le había arrebatado a Doyoung para dormir.

Abrí la puerta y sin aviso sentí que me empujaron pa' dentro. Pero bueno, ¿qué es?

De un coñazo tenía a Jaehyun agarrándome de la nuca y de la cintura con fuerza mientras me comia la boca.
Sus labios se sentían tan fríos y con sabor a alguna bebida alcolica, además de que tambaleaba de un lado al otro casi que haciendonos caer al sofá que estaba justo detrás de mi.

- Jaehyun, quitate - Pedí intentando quitar sus manos de donde me agarraban.

- Te necesito, Val, por favor - Susurró separándose un poco.

- No, ya fue suficiente con la cagada que hiciste. Vete de aqui - Dije llevando mis manos en su pecho y empujándolo hacia la puerta que aún seguía abierta. Dios, si Santiago llega ahorita, y sobre todo vuelto un culo, éste coñito no sobrevirá para grabar los siguientes comebacks.

- !No! !¿No ves qué quiero estar contigo hoy?! - Gritó tan fuerte que pude darme cuenta que estaba borracho, vi su rostro enrojecido y sus ojos aguados, respiraba agitadamente mientras intentaba mantenerse de pie. No quería esto, no quería que se humillara así y mucho menos necesitaba que él estuviera aquí cuando Doyoung estaba durmiendo en mi cuarto. - Por favor, Valeria - Susurró mirándome fijamente sin dejar de respingar su nariz sonrojada.

Quería sacarme a Yoonoh de encima y definitivamente de mi vida y de mi corazón, pero veo que éste móngolico no me lo esta poniendo fácil.

La Venezolana De NCT ©《Oh Valeria》[SIN EDITAR]Where stories live. Discover now