Capitulo III El pasado

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- Y para comenzar esta noche, nuestro anfitrión, el joven Valentine, nos tiene algunas palabras. Por favor señorito - le dio el micrófono al único hijo de la familia Arpia, quien torpemente lo tomó para acto seguido dejarlo caer, a causa de su nerviosismo.

Levantó el micrófono en segundo, aunque para su perspectiva fueron lentos y vergonzosos minutos que lo hacían sentirse observado, y como colmó o un tipo de burla a él mismo, ocasionó que el micrófono se desafinara, presentando ese sonido que ponía en evidencia su torpeza. Pero como ya  era costumbre, Lune salió a su rescate, le ayudó con el micrófono y le dio unas palmadas de aliento, para después quedarse a su lado.

-Eh ... hola, ¿se escucha bien? Bueno bueno, probando si si.

- Vale, el micrófono está bien - le susurro el albino a su amigo que estaba siendo presa de su pánico escénico.

-Oh si, tienes razón - miro a sus invitados, aquella reunión para recabar fondos, había sido una mala idea, ya que no deja de sudar, miraba a los que con sus ojos lo criticaban, por su cabeza se hacía ideas donde se burlaban por su muy notorio pánico escénico.

- Oye Val, lo hago yo si quieres - la voz de su mejor amigo Lune, lo saco de sus ideas acusatorias, lo observo  y después dirigió la mirada a sus espectadores.

- No, es mi idea, yo lo haré - camino con paso firme, tomando más valor y determinación así como aire- buenas noches a todos, soy Valentine de la familia Arpia, les agradezco su presencia en este evento. Vayamos a nuestros asuntos, mostraré nuestro proyecto, presten atención. El salvamento de el hospital Psiquiaatrico comunitario, este hospital lleva una histórica carrrera de 100 años, no podemos simplemente dejar este centro que forma parte de nuestra ciudad y nuestro país y ...

Hablo por mas de 10 min, discurso que aburrió a los presentes, incluso a Radamantys, que simplemente se limitaba ver al joven que hablaba sin parar, en un discurso que si bien, no era malo si era monótono y repetitivo.

Era una buena causa, de eso no quedaba duda, pero la forma de venderlo, le pareció pésima, pasar diapositivas con las imágenes de ese desarraigado lugar, penoso y triste, abandonado; pasar las fotos de sus pacientes y de él mismo junto con Lune y otros pasantes más de medicina, no hacía ilusión en los demás.

-Bla, bla, bla. Cómo habla ese chico - corto el silencio Minos, fijando su mirada en el albino que se encontraba al fondo del escenario - ¿Por que no solo nos dice que quiere dinero y ya?

- Shi , Minos. Deja que el hombre se exprese - le contestó Aiacos-

- Ah, la verdad ya me está aburriendo - replicó Radamantys-

- Oiga, levantemos la mano y simplemente digamos una cantidad de dinero al azar.

- Minos, no sabes cuanto va a pedir. Además, el proyecto no parece muy bueno. Un hospital psiquiátrico olvidado, vaya que novedad - comentó sarcásticamente- sería mejor simplemente trasladar a todos los pacientes a otro hospital y ya, tirar ese edificio y vender el terreno. Sacaría el dinero necesario para pagar el traslado de los pacientes

-Pero estarías olvidado el valor histórico del edificio - replicó el rubio-

- Eso edificio tendrá como 1000 años - replicó con un tono de humillación en su diálogo- ¿Que más da?

- A mi si me importa - dio unos pasos con dirección al escenario donde Valentine aún explicaba su tema de interés.

El de cabello de rosa, dejó de hablar, soltó aire, apretó el micrófono, cerró los ojos. Sabia que lo que diría ahora, sería decisivo para lograr o fracasar su objetivo. Tenía que hacerlo bien.

Con la misma moneda Where stories live. Discover now