Él & Ella | Z.M. (Editando)

CUARENTA

ELLA

Me encontraba tranquilamente dormida en mi cama. No sé qué hora era. Lo bueno es que hoy también era mi día libre en el trabajo. 

El timbre de la puerta me hizo despertar por completo, o no tanto. Me levanté de la cama y caminé casi dormida hasta la puerta para abrir. Me fijé quien era y no podría creerlo.

Le abro la puerta a mi mamá.

      - Hola, mamá - le digo entre bostezo.

      - No puedo creer que aún a las doce del medio día diguieras durmiendo, Anne - se pasa a la casa sin que yo se lo dijera.

Cierro la puerta e imito la misma acción que ella al sentarme en la sala de estar.

      - ¿Qué pasa? - pregunto y trato de quitarme el sueño.

      - Niall ha marcado a la casa.

Me incorporé rapidamente.

      - ¿A tu casa? - pregunto - Se supone que tiene el número de ésta mi casa, ¿por qué no ha marcado aquí?

     - A estado marcando toda la mañana y parte del día de ayer - me dice y yo miro hacia otro lado -. Se preocupó y le dije que yo iba a venir a verte en cuanto antes.

No digo nada y ella sigue hablando.

      - Vine ayer.

La volteo a ver.

      - ¿En donde estabas?

Suena algo molesta.

       - Y no me digas que con Florence, Anne, porque ella estaba aquí y con un muchacho algo desagradable- hace mala cara cuando recuerda la escena -. Nunca imaginé que Florence estuviera con un tipo con ese y mucho menos que tú hayas permitido que lo haya metido a tu casa.

      - Esta casa es de ambas.

     - ¿Ella te ayuda a mantenerla? - enmarca una ceja -. Por lo que yo sé tú eres la única que trabaja mientras que ella mete a muchacho y no sé qué tipo de cosas desagradables haga aquí. 

      - Ella no hace nada malo - le digo.

Yo confío plenamente en Florence, y sé que ese muchacho es Louis. Así que confío en ambos.

      - ¿Cómo lo sabes? - pregunta.

Si no cambio de temma ella se va a estar aferrando toda la tarde en ésto.

      - ¿Qué te ha dicho Niall? -pregunto.

      - No sé si yo deba decírtelo.

      - Oh, vamos - insisto -. ¿Qué podría ser?

       - Mejor cuentame cómo te va en el trabajo.

Pongo los ojos en blanco.

      - Bien - subo los hombros -. No me quejo.

      - Me alegro, hija.

Solamente me atrevo a asentir.

       - ¿Ya viste los preparativos de la boda?

Tardo segundos en contestar.

      - No.

Su rostro luce molesto.

      - Niall y yo quedamos en que íbamos a ver los preparativos en cuanto él llegara de Irlanda.

Agrego y veo que se relaja un poco.