Capítulo 4: Quizás pueda obedecerte

805 66 321
                                    

4-Quizás pueda obedecerte

**Soujun**

Miro hacia la puerta principal de mi casa donde hay dos maletas en el suelo y cierro los ojos al oír el llanto de mi pequeña Yuzu a la que me tengo que forzar en sonreír cuando me giro para arrodillarme y abrazarla fuertemente.

-Papi no te vayas...no quiero que nos dejes...-

-Vamos Yuzu-nee, ¡que papi solo se va fuera unos días! ¿a que sí? – sonrío disimulando ante mi otra hija Karin a la que su padre y yo hemos convencido de que voy a pasar unos días fuera en casa de mi padre porque está convaleciente, para ayudarle. Nada más lejos de la realidad.

-Juraría que me dijisteis que el padre de Soujun está perfectamente bien de salud- Ichigo mira torcido a su padre el cual le hace una advertencia con la mirada para que no diga nada ante sus hermanas. Es demasiado listo como para ocultarle lo que está pasando, aunque tampoco queremos que se entere del gran lío en el que estamos metidos.

-Ichigo volveré pronto. Por favor, cuida de tus hermanas por mí ¿de acuerdo? - el chico suspira resignado y se aparta de nosotros para irse a su habitación mientras Isshin me ayuda a sacar las maletas fuera. En cuanto salimos del jardín, noto como intenta acariciar mi mejilla, pero me rehúso apartándome.

-Soujun por favor no te vayas así...esto me está matando...-

-Voy a abrirme de piernas a un desconocido para darle un hijo ¿Cómo quieres que me vaya? – le lanzo una mirada de rencor y rabia, aunque en el fondo estoy más aterrorizado que otra cosa. El dolor, la angustia de la separación y la humillación están demasiado presentes ahora mismo en mi corazón, ni siquiera sé cómo acabará esto. Aún me parece una pesadilla. Que esto no es nada real.

-Voy a irme a la otra esquina para pasar más desapercibido. Adiós, Isshin-

-Soujun- noto como me agarra con fuerza por la muñeca para que vea las lágrimas en sus ojos y cierro los ojos fuertemente. –Te quiero...perdóname mi amor...- me suelto de su agarre negándole con la cabeza, incapaz de decir nada. Si tanto me quisiera, no me vendería a otro hombre. No tendría que "alquilar" mi vientre a un desconocido y mucho menos me dejaría marchar de su lado. Me siento abandonado y muy traicionado.

Al poco de esperar en la esquina veo llegar un coche bastante más discreto que la otra vez en el que venía Starrk y al abrir la puerta del conductor, veo a un hombre muy alto y delgado, de cabello y ojos castaños con una cicatriz en la ceja.

-Hola Soujun, soy Tsukishima Shukuro, el secretario de Coyote Starrk ¿estás listo? - asiento con la cabeza inevitablemente y al subir al coche al principio no digo nada, aunque sé que Tsukishima me está mirando de reojo mientras conduce.

- ¿Asustado? No deberías, cualquiera estaría encantado de estar en tu lugar seguramente-

- ¿Perdón? ¿acaso tienes idea de porqué tu señor me obliga a vivir con él? -

-Claro que lo sé. Por eso te digo que eres afortunado. –me siento insultado al ver su maliciosa sonrisa y prefiero no entablar conversación con él mientras veo el paisaje que nos rodea. Estamos yendo hacia las afueras, hacia la parte costera, cerca de uno de los acantilados donde hay una urbanización de gente bastante rica, aunque para mi sorpresa pasamos todas las casas para llegar a una pequeña cala de playa donde hay una casa de estilo occidental, blanca y con ventanas azules, que me causa una sensación de tranquilidad al instante. Dioses...son como las casas extranjeras que salen en los viajes de los programas de televisión....

-Como ya habrás comprobado Starrk es extranjero, concretamente español. Su casa es del estilo a las edificaciones de la costa del sur, muy luminosa y confortable ¿has visto el faro que hay al lado? También tiene un barco en el puerto, ya montarás algún día-

"Doncel contra Corcel"Where stories live. Discover now