Nuestro Secreto **KatsuDeku**

Pide ayuda*

Estaba harto de la situación. 

Soy una persona poco paciente, no era sorpresa lo explosivo que suele ser mi personalidad, pero he intentado sobreponerme, ser mejor, alguien digno de un héroe, alguien de quien todo mundo pudiera confiar.

Quería aprender un poco de Deku en este aspecto, pero luego pasa esto.

Llegas a un lugar donde hay una horrible plaga y parece acogedor el lugar pero al final todo resulta estar podrido y cayéndose a pedazos.

Tome a Uraraka y con fuerza y sin importar sus lamentos e intentos por llamar mi atención, la lleve a base de empujones y fuerza bruta a la residencia.

Nadie estaba en los pasillos, por lo que nadie pudo ver aquel acto de violencia hacia mi compañera de clases, pero a estas alturas realmente me importaba poco lo que alguien pudiera decir ya de mi.

Por según todos yo era la escoria de la UA, pero no ven la realidad y aceptan a la porquería de traidores como sus iguales.

Una vez dentro de la residencia entro fijándome que Deku no estuviera en la sala, y paso con Uraraka al laboratorio donde interrumpo a Mirio y Tamaki los cuales se encontraban hablando animadamente.

—¿qué esta pasando?— Mirio me mira molesto y corre a ayudar a Uraraka cuando la lanzo con fuerza al piso.

—dejen que el gusano hable— le digo molesto y Tamaki nos mira confundido, pero parece entender rápidamente lo que pasa.

—yo... no quise... déjame explicarlo, yo nunca haría algo que lo perjudicará, yo solamente quería...— la miraba con odio, realmente estaba furioso ¿Cómo pude confiar en ella?

Me estupidez había puesto en peligro a Deku.

—¡¿Qué esta pasando aquí?!— me quedo helado ante la voz de Deku en la entrada del laboratorio.

Él me voltea a ver inmediatamente, su mirada era de sorpresa, enojo y decepción.

¿Por qué demonios se decepciona de mi?

—¡Uraraka!— corre a su lado para ayudarla a parar y ella lo abraza para llorar en su hombro.

—¡aléjate de ella!— quiero proteger a Deku y en un intento de acabar aquel abrazo lanzo a Uraraka de nuevo al piso y me pongo en medio de ellos.

—¡Katsuki!— el grito molesto de Deku y mi nombre hace que todo dentro de mi se revuelva.

—¿Katsuki? ¡ella es una puta traidora! ¿aun así la defiendes a ella? — estaba cansado, y sobretodo harto.

—¡ella no es la traidora!— dice Deku gritando y yo empiezo a reír cínicamente. 

—¿no? ¿entonces quien? — lo enfrento molesto y veo como tiembla un poco pero no evita mi guerra de miradas.

—Aoyama— dice decidido y yo me quedo en shock y todo mi enojo y montón de sensaciones negativas cambiaron por duda.

—¿qué?— no entendía nada.

—Aoyama es el traidor— dice de nuevo y yo comienzo a reír.

—no intentes inculpar a alguien más con tal de salvar a tu amiga, aparte me lo acaba de confesar— le digo y veo como no deja de fruncir el ceño o desviar la mirada.

—¡bien! ¿no me crees? ¡dile cara redon...— cuando volteo a verla su rostro es un poema, tenía miedo, y temblaba mientras se cubría la boca intentando ahogar un grito.