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"Te quiero como para leerte cada noche, como mí libro favorito quiero leerte, línea tras línea, letra por letra, espacio por espacio".

-Mario Benedetti.












No lo podía creer, simplemente no lo podía creer, su lobo le indicaba que allí estaba su pareja, y cuando su vista se había puesto en frente fue peor, Kim Seungmin estaba allí con sus amigos riéndose, el aroma a manzana y canela había llegado a sus fosas nasales, le había parecido el aroma más increíble que había olfateado, pero se le fue la emoción al ver a quien pertenecía.

Kim Seungmin era dueño de aquella exquisita fragancia, y eso no le agrado, ¿cómo iba a rebajarse a semejante omega? No lo cortejaría en absoluto, ante ese pensamiento sintió como su lobo lo regañaba, pero lo ignoro completamente.

Lee Minho no haría nada por estar con aquella basura que se encontraba con esa bola de inútiles a los que nombraba amigos, es más para nada pensaría en acercarse, ese omega no era digno de un alfa como él, de eso estaba muy seguro.

—¿Sucede algo, Minho?— pregunto Chan después de haber tomado agua.
—No nada...

Después de unos momentos se quedo pensando, Seungmin no estaba enterado de que son pareja predestinada, solo el alfa podía sentirlo a la primera, Seungmin ya se había presentado hace cinco semanas, era un omega nuevo, así que aún no estaba enterado de nada, sonrió al pensar en aquello.

Tenía un plan, uno muy bueno en realidad, sí tenía que hacer que ese omega se alejará, lo haría bien.

—¿Por qué sonríes?— pregunto Changbin interesado.
—Es algo que creo les va a gustar a ambos— comento Minho llamando la atención de ambos chicos.— Creo que es tiempo de cambiar de juguete, así que...¿qué les parece ese?

Con su barbilla señalo al omega de cabellos castaños que ahora se encontraba chequeando su celular. A Chan le pareció una mala idea, no le gustaba molestar nadie, pero Minho era muy diferente a él, y cuando se refería a "juguete" significaba que tendrían una nueva víctima, más golpes a otro inocente, más insultos, bromas pesadas, y eso no le agradaba.

—No quiero hacerlo—dijo Chan decidido.
—Pues yo sí quiero, ese Kim necesita una lección ¿no crees, Changbin?
—Totalmente de acuerdo.
—Sino quieres participar en esto no te obligaré Chan, no te preocupes.

Sin más quedaron en silencio, ya estaba seleccionado el nuevo juguete.


a second chanceWhere stories live. Discover now