CAPÍTULO XVIII

1.8K 156 3
                                    

Miércoles, 12:00 AM

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Miércoles, 12:00 AM. Veinticuatro horas antes de la fuga. 

El día, a cambio del día anterior, se había despertado soleado y caluroso para agradecimiento de las presas que notaban como sus celdas iban tomando una temperatura ambiente donde no corrían el riesgo de morir congeladas. Era de esos típicos días que nada más verlos te entraba la necesidad de salir a disfrutar de la arena y el mar en la playa, de sentir como tu piel absorbe la vitamina D del sol, de aspirar la brisa marina mientras juegas a cualquier juego en la arena.

Mara estaba sumida en sus pensamientos, recordando su precioso pueblo a pie del mar, donde había pasado los primeros dieciséis años de su vida. Un sentimiento de añoranza iba creciendo en su interior mientras recordaba los maravillosos atardeceres, los helados de pistacho y trufa, los partidos interminables de voley playa con sus amigos, las mañanas de snorkel observando los corales… definitivamente, habían sido los mejores años de su vida. Si tan sólo con un pestañeo de ojos pudiera volver hacías atrás, hasta esos momentos, donde no habían responsabilidades, ni opiniones, ni obligaciones. Sólo ella con 7 años.

Volvió a la realidad cuando a su vista llegó la imagen de la mora paseando por el patio un tanto cambiada. Se había cortado ese pelo negro azabache que tanto la caracterizaba, para dejárselo corto con únicamente dos pequeños mechones situados delante de sus orejas. Era un peinado un tanto curioso y raro; sobre todo raro. Con ese peinado y las orejas a la vista, tenía la aperiencia de un elfo.

Un elfo diabólico quizás, Marita...

A la chica se le dibujó una sonrisa en su rostro mientras se imaginaba la imagen de Zulema como un elfo del infierno en su mente. Sería divertido pero seguía viéndola increíblemente sexy y atrayente. Daba igual lo que hiciera con su aspecto. Zulema seguía siendo un puto imán.

Las dos mujeres cruzaron sus miradas sin expresión ninguna en sus rostros, fingiendo sentir indiferencia por la contraria. No habían cruzado ninguna palabra desde su momento íntimo en el baño y no pretendían hacerlo. Tenían que volver a poner las cosas sobre el camino y esta vez, no descarrilarse. 

Mara observa como la mora se acerca a Saray para hablar sobre algo que no llega a escuchar ya que están demasiado lejos. De repente, Saray toma con furia la cara de su antigua amiga, le dice algo y se intenta ir pero la mora la detiene. La frena para decirle algo que no provoca absolutamente nada en Saray. Parece que a la gitana no le interesa nada de Zulema por lo que se aleja igualmente de ella, dejándola con la palabra en la boca. 

El instinto de la chica volvió a encenderse tras ese momento que había acabado de observar. La forma en la que hablaban, la rabia de Saray al hablar con su ex amiga, la necesidad de Zulema por que la escuchara hablar; le hacía pensar en la importancia que debía de tener ese tema del que hablaban por lo que tenía que intentar averiguar lo que se habían dicho como fuera. 

—Ey, bonita. ¿Siempre tan sola? 

Mara rodó los ojos ante Anabel, mientras se levantaba sin contestar ni una sola palabra. Se limitó a hacerle una peineta y alejarse de esa mujer que estaba empeñada en siempre aparecer para fastidiar. 

𝐅𝐔𝐄𝐑𝐀 𝐃𝐄 𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐎𝐋 ~𝘻𝘶𝘭𝘦𝘮𝘢 𝘻𝘢𝘩𝘪𝘳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora