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...Solo un dulce niño en un mundo lleno de dolor.
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PROLOGUE: Jul 10 - 2019
Por favor contesta. Necesito saber dónde estas.
Fui un completo idiota al haber dicho lo que dije.
Las cosas no se arreglan de esta forma, y quiero estar bien contigo.
Lo siento... Por todo recibidos a las 9:10 p.m.
visto.
Lance sintió en ese preciso instante como si el mundo se le cayese encima.
No, él no había matado a nadie, tampoco había robado un banco o siquiera había hecho algo malo como para estar huyendo de esa esta manera. No estaba perdido (Bueno, al menos no de sus estribos), tampoco estaba alucinando o formando una historia falsa que le funcionase como coartada en caso de que le preguntaran a la mañana siguiente en donde estaba; pero sí estaba agotado.
Pero agotado del modo que ya no sabes que hacer realmente con tu vida, del modo en el que sientes que a pesar de que luches a fondo por lo que quieras nunca lo consigas y hayas siempre de acabar en el mismo punto de partida. Muy distinta a la forma del agotamiento físico, pues, esta es la sensación cuando realmente sientes que no hayas de dar más sin importar su estado físico.
Es esa etapa de tu vida en la que te pones a pensar y dar mil vueltas en temas que creías haber cerrado en el pasado. Quizás una discusión de la que recién hayas de encontrar mejor respuesta o una nueva personalidad formándose como tu reflejo, pero que a la vez no es aceptada por esos que dicen "haz cambiado mucho".
Se podría describir más fácilmente como un agotamiento emocional. Y él odiaba eso.
Esa sensación de no tener el control sobra las cosas que pasan a tu alrededor, a la vez que no puedes pensar en otra cosa más que en ello. La ansiedad que te provoca la incertidumbre de si haz de caer mal o desagradar a alguien por una falsa fachada que le muestras al mundo que sientes que no es propia de ti, pero si lo es a la vez. Porque a fin de cuentas, coexistimos en un mundo que jamás habrá de aceptarte por quien eres realmente, no importa cuanto luches por ello.
