24-. De menos a más.

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Dolor de cabeza
¡Es sarcasmo, qué divertido!

Para poder sonreír,
mi padre debe disfrutar de vivir ¡no quererse morir!
Me piden que les haga reír,
lo cual es más fácil si me puedo compartir.

Falsear está mal,
se ha de ser honesta y honrada.
¿Cómo queréis que sea normal?
No quiero quedarme callada.

Tengo miedo a decir la verdad
porque la verdad no es lo que sale en los vídeos.
Decir te amo es ideal,
o lo sería si fuese real.

¿Qué es el amor para ti, madre?
Yo no quiero esperar a que sea tarde.

Hay mucho positivo y amoroso y amable en la vida,
pero últimamente, cuando estoy cabreada es cuando escribo poesía.

Ayer vomité la cena sobre el suelo,
una de las cosas para mí más importantes
(mi cabello)
acabó manchado porque nadie más me lo sujetó al cuello,
yo no pude, tenía arcada tras arcada;
después no dormí en toda la noche, por ello preocupada
y tú, mamá, me prometiste que lo lavaríamos,
y te fuiste a dormir sin preocuparte de que yo necesitaba más mimos.
Sabes perfectamente que para mí mi cabello es esencial,
y sin embargo entonces no hiciste nada para lavar lo que es crucial.
Te lo dije varias veces,
llevo horas despierta, todo lo necesario se ha hecho antes
¿Qué tal si paras de hacer como si no hubiera pasado nada,
te centras, acabas la conversación en la que estás enfocada,
acercas un cuenco con agua, y con amor me limpias el pelo?

Hay miles de historias que quiero contar,
mil ciento treinta y nueve formas de vivir y amar.
Hay cientos de espacios en los que contigo quiero entrar,
un par de abrazos tuyos que me sirven para poderme consolar.
Hay decenas de personas en las que busco tu mirar
y docenas de canciones en las que te creo escuchar.
Son unos días y noches con los que puedo contar
y es tu amor, tu storgé, tus miradas y tus palabras lo que voy a recordar.

SensibilidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora