🌠Capítulo 4: Más allá de "la luz"🌠

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2 días en ¿?


—Esto, Elizabeth —presentó Patrick, extendiendo el brazo—, es lo que hay después del Túnel. Esto es lo que hay más allá de "la luz".

Se hallaban en un hermoso prado, repleto de flores y todo tipo de insectos voladores. El pasto verde era grácil, y llenaba de vida el lugar. Eli divisó algunas montañas y un par montes a varios cientos de metros; parecía haber un pueblo allí arriba, pero no podía estar segura. Lo más probable es que se dirigieran a esa civilización. Tan solo mirar el monte ya hizo que a Eli le pesaran los pies. ¿Acaso nadie tenía auto, o un caballo? Uno pensaría que al ser la capitana del equipo de voleibol, su resistencia física sería digna de elo­gio, y hasta ese día lo fue. Pero, ¡por favor! ¡Clemencia! Ni que los deportistas fueran inmunes al agotamiento. Hasta el mejor atleta ya habría caído ren­dido.

¿Cómo era posible que Patrick no mostrase indicio alguno de cansancio?

Continuó admirando el lugar, intentando distraerse de la caminata que se le venía encima. Un río de agua cristalina rodeaba todo el terreno, tanto llano como empinado, y tenía una sutil bifurcación que cru­zaba la pradera y terminaba cerca de la entrada.

Eli miró a Patrick de frente, y lo encontró tan neutral y misterioso como siempre. Desentonaba por completo con el colorido paisaje, igual que un metalero en una función de marionetas para niños.

—Es maravilloso —comentó Eli, todavía pasmada—. Merece estar en una postal.

Patrick hizo un sonido gutural, seguido de un resoplido que hizo volar unos cuantos rizos que le cubrían la frente.

—Es lo que todos dicen —respondió—, hasta que saben la horrible si­tuación en la que se encuentran.

—¿No puedes decirme algo más alentador? ¿Qué ganas siendo tan nega­tivo?

—A muchos no les gusta la realidad, pero hay que enfrentarla. No puedes huir de ella, siempre es más rápida y termina encontrándote.

—Muy filosófico —bromeó Eli, pero Patrick la miró con seriedad—. ¿En algún momento me vas a decir cuál es la situación?

—Quizá.

Eli resopló.

—Pero no ahora, ¿cierto? Porque yo te pregunté en algún momento, no en este mismo instante. Lo que significa que me responderás cuando se te pare el culo.

—¿Para qué preguntas si sabes la respuesta? —inquirió divertido.

—Quería comprobarlo. Creo que mi otra hipótesis estaba correcta.

Patrick arqueó una ceja.

—¿Ah, sí? ¿Y se puede saber cuál era?

Eli le sonrió con suficiencia. La amabilidad no funcionaba con él. Debía combatir su sarcasmo, no con buenas palabras, sino de la misma forma.

—Sí. Sí, se puede saber.

Patrick soltó una carcajada. No era cruel, ni irónica, ni siquiera de burla. Era una risotada genuinamente alegre.

—¿Sabes que combatir fuego con fuego no es la mejor de las tácticas? —Hizo un ademán para que se acercara—. Dicen que si juegas con él, puedes llegar a...

—Quemarte —terminó Eli en un susurro—. Sí, eso he oído.

Patrick se apartó y le sonrió con amabilidad. ¿Era posible que Patrick se portara agradable? Una llama de esperanza...

Coma (Entre comillas, #1) [¡Disponible en las principales librerías de Chile!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora