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-basta~, los vecinos podrían oir~.- dijo el uruguayo tratando de separar al edificio que se hace llamar su novio.

-Eu não acho que os vizinhos reclamam, seus gemidos são muito fofos.- el brasileño se separó por un momento pero al terminar de decir eso siguió lamiendo el pecho de su pareja sacando nuevamente esos suspiros que iban subiendo poco a poco.

-¡te dije que pararas!.- el suramericano más pequeño golpeaba levemente a su novio que solo se dignaba a reír por ese comportamiento tan tierno.

-no lo pude evitar.- dijo entre carcajadas, aveces el de habla portuguesa se sobre pasaba en el acto, solía ser muy brusco pero sabía que al final su pareja lo disfrutaba.

-sos un animal, ahora me duele todo.- el menor se iba a levantar pero al hacerlo sus piernas flaquearon y sus caderas dolieron haciéndolo caer.

-está bem?!.- el brasileño se arrastró de esquina a otra solo para ver a su pareja en el suelo.

-¡claro que no, bestia, parezco virgen!.- se cruzó de brazos mirando con odio a su amado, si que estaba molesto.

El más alto lo cargó en brazos y lo llevó a la bañera para que se pudiera limpiar mientras el otro eliminaba rastros de la habitación, no quería que fuera incómodo para la señorita que limpiaba.

-¡¿estas haciendo el trabajo de la chica del orto que te coquetea?!.- grito el menor desde la tina, es algo chistoso de explicar, la empleada le había guiñado el ojo pero no ha Brasil, ha Uruguay pero este chico no lo entendió, pensó que estaba coqueteando con su novio y todo el tiempo la miro mal provocando un sentimiento de rechazo en ella.

Después de que los dos terminaran de asearse, se acostaron en la cama matrimonial a ver películas pero el uruguayo vio algo que le llamó la atención en la película, la chica protagonista tomó las riendas, y el chico fue el pasivo y no se veía nada mal, solo levantó la mirada a su novio y sonrió con maldad, se tiró sobre el mayor y le besó el cuello sorprendiendo al contrario.

-¿q-que haces?.- dijo el de piel verde tratando de no hacer ningún sonido extraño.

-soy el activo.- siguio haciendo su anterior acción.





















-la reconcha contigo.- de algun modo el plan de dominación del uruguayo salió fallido, terminó siendo el pasivo... como siempre.

-fuiste tu el que me pidió más.- ahora sabía que si se reía estaría en una tumba.

-y no me detuviste.- se cruzo de brazos e hizo un pequeño puchero.

Otra vez se limpiaron y también la habitación, ahora estaban comiendo, comían un ramen recién hecho, estaba delicioso pero el brasileño no podía comer sin dejar de mirar a su chico.

-que triste que no vendan mate.- el suramericano menor se dignó a tomar una malteada de mango y se pareja se reía por ese comportamiento.

-tal vez tu hermano tenga, el siempre tiene uno a la mano.- dijo el más alto recibiendo una mirada de odio.

-para tu información, se lo quitaron en el aeropuerto.- se calmó un poco y decepcionó.

Hora de los mimos, el pequeño uruguayo estaba sobre el pecho del brasileño contemplando esos ojos, podría jurar que alguna vez vio una estrella en ellos, acariciaba sus cabellos de vez en cuando o le daba uno que otro pequeño beso, ahora hablemos de ellos y como es de costumbre del argentino, le hizo un interrogatorio al "sopa de macaco" como le decía, fue un poco brusco, pero nada que ese rascacielos no pudiera soportar, el paraguayo solo asintió cuando le dijo esto, así que en pocas palabras tenía permisos de los familiares, y cuando el uruguayo se presentó al padre de brasil, Portugal, lo miro de arriba a abajo buscando alguna imperfección, lo que no sabía Portugal es que no había hecho nada malo... en una semana, realmente fue otro interrogatorio pero más suave, no estuvo atado en una silla a comparacion del otro, y fue algo bastante incómodo, y más cuando había preguntado sobre la virginidad del contrario, no le gustaba mentir pero no sabía cuál era la respuesta correcta, si decía que si, podría verlo como un loco religión cerrado de mente, y si le decía que no, podía ser que le dijera que era un chico de muchos novios o que le sería infiel a su amado hijo, estaba nervioso y comenzaba a sudar de un modo alarmante.

El brasileño se había levantado y cuando se  iba a "ir al baño" le dijo a su pareja que si, este lo dijo y recibió una sonrisa, pudo respirar, pero al final no hubieron complicaciones, todo fue lindo y a lo largo de su relación nunca tuvieron una pelea o discusión seria y no tenía nada que ver por las múltiples amenazas era más porque el amor era puro, ni un prejuicio o algo, fueron muchos años amandose secretamente era hora de pasar tiempo juntos, de ser felices.

-No Tan Malo- Countryhumans UwuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora