Romance Prohibido Teñido De Sangre

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Arlet regreso a su casa como si no hubiese pasado nada, ese día reunió a sus anteriores amigos Raymond y Dafne, salieron a una discoteca disfrutaron toda la noche bailaron y se desvelaron mientras hablaban contaban todo lo que habían
pasado luego de la graduación, la charla fue de lo más amena posible y entonces luego de unas copas, Arlet le pidió un favor muy grande a Dafne:

- ¡Amiga te necesito!
mañana en la mañana te llevaré una carta y quiero que por favor entregas a las 10 de la mañana en la dirección que está marcada en el sobre.

Dafne como no entendía porque Arlet se estaba comportando tan extraña pues no la había visto así, le pregunto si todo estaba bien, o si le sucedía algo, pero ella respondió con una sonrisa

Tranquila amiga no pasa nada solo necesito que mañana entregues el sobre pues yo tengo una cita con el destino y no podré estar presente, además Dafne quiero que me prometas que vas a ser feliz yo estaré muy bien y este es el último favor que te pido luego te enteraras de toda verdad, pero ahora no es el momento y quiero que me prometas que no vas a abrir la carta solo debes entregarla.
¡No seas curiosa!

Dafne asintió lo que su amiga le pidió pues, aunque la notaba un tanto extraña, no pensó nada malo; luego de esa conversa siguieron disfrutando toda esa noche, Arlet después de hablar con su amiga cambio su temperamento, se veía de lo más feliz
al igual que Dafne y Raymond pues había pasado cierto tiempo de su graduación y era una época muy feliz volverse a reunir entre amigos y compartir experiencias, tal
como lo hacían en la secundaria, ese día se desvelaron toda la noche nadie imaginaba los pensamientos que tenía en ese instante.

A la madrugada del día siguiente todos se despidieron prometiéndose volver a reunirse el próximo fin de semana y así lo hizo Arlet con una sonrisa muy amable se despidió.
Al día siguiente Arlet tomo un papel y un bolígrafo y empezó a escribir, no tardo mucho, luego envolvió en un sobre y lo guardo en su cartera, se fue directo al cuarto de su padre ya fallecido abrió un cajón del escritorio y saco un revólver se dirigió
hacia su cuarto y lo guardo en su cartera; luego salió a la calle tomo un automóvil, fue en dirección a casa de su amiga, la hora de la boda de Clark ya se acercaba, pero a Arlet parecía no afectarle, aunque sus verdaderas intenciones se escondían en el fondo de su corazón.
Trascurrió unos cuantos minutos y llego a casa de Dafne, ella, la recibió con un abrazo, la saludo amablemente.

Arlet con una sonrisa le dio el sobre diciéndole:
- Amiga necesito que entregues al profesor Clark este sobre, a las 10 de la mañana, en la iglesia de la ciudad.

Hoy es la boda del profesor y quiero
desearle en esta carta mis más sinceras felicitaciones. Yo no puedo asistir pues la fortuna me llevara donde debo estar.

Al decir estas palabras sonrió, despidiéndose de su amiga, le pidió que no se preocupara por ella que dentro de un tiempo regresaría; tomo un automóvil y fue en
dirección de la cascada donde por primera vez en esa excursión vivió muchas experiencias nuevas y pasionales, ahí fue donde estuvo por primera vez con Clark,
cuando llego al lugar empezó a caminar hasta llegar a la cascada, cuando llego se
sentó sobre una piedra frente a las aguas cristalinas de los manantiales, varias lagrimas recorrieron su mejilla recordando todo lo vivido en esa cascada.
Luego de un silencio sepulcral saco el revólver de su cartera apuntando hacia su corazón, cerrando los ojos y nombrando por última vez a Clark presionó el gatillo escapandose 2 tiros que atravesaron su pecho, la sangre corrió por aquellas aguas tiñéndolas de rojo.

Dafne por su parte tomo el sobre de Arlet y se dirigió a la dirección acordada, eran ya las 10 de la mañana, la ceremonia religiosa estaba a punto de realizarse, Dafne
llego al lugar se dirigió hacia Clark, felicitándolo por su matrimonio, luego le entrego el sobre que Arlet, le había enviado, le deseo que fuera feliz y se retiró del lugar.

Cuando Clark abrió el sobre y leyó la carta decía lo siguiente:

Cuando leas estas palabras yo ya no estaré aquí, te estaré cuidando desde
el cielo. Deseo que seas feliz y que hayas encontrado la felicidad que yo no supe darte, quiero que sepas que tú fuiste mi primer amor, supe que te
amaba desde el primer momento en que te vi, aprendí que la persona que
ama nunca niega a felicidad aunque esta no sea junto a mi lado se debe
resignar a perder, y este es un sacrificio que tengo que hacer, pues no puedo vivir con la idea de que no estés a mi lado, yo me lleve tus más bellos recuerdos de aquel primer beso, de aquella noche en la playa, ese día en la cascada todo fue como un sueño, es por eso que no quiero interponerme en tu felicidad te deseo lo mejor.

Te amo y te amare siempre
Atte.: Arlet

Clark ese momento no pudo contener las lágrimas fue entonces cuando comprendió que mientras para él fue solo una aventura de adolecentes para ella, él fue el amor verdadero.

FIN