Capítulo 9

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Incluso los monstruos pueden amar

Mi labio inferior dolía y Charlotte disfrutaba el sabor de mi sangre, la vi pasarse la lengua por los labios con un poco de miedo y sorpresa. Sus ojos brillaban de forma extraña y su pupila se había alargado un poco, justo como pasó con los ojos de su hermano. Recordé entonces, que ninguno de ellos era completamente humano y me forcé a calmar los latidos de mi corazón, suprimir todo sentimiento que la atrajera a mi.

—A partir de mañana todo cambiará —me susurró y esperé a que me explicara —, estos cinco años has estado viviendo entre la vida y la muerta, hoy has renacido y ahora volverás a conectarte con el mundo e incluso aquello que el ojo humano no puede ver —dijo con cuidado y acarició mi mejilla.

—¿No seré un humano normal?

—Aún eres humano —respondió y se levantó.

—¿Qué significo para ti? —pregunté.

—Mi existencia —dijo con una sonrisa llena de suficiencia —, mi amigo o mi amante —dijo con duda.

—Creo que debemos ir paso a paso —dije con una sonrisa, la mejor de mis sonrisas falsas y ella pareció pensárselo un poco, hasta que asintió lentamente —. Voy a pedir un pastel —anuncié y me levanté para ir por un teléfono y llamar a alguna pastelería.

Sal de la casa y continuaremos con nuestra conversación.

Me detuve cerca del teléfono cuando escuché la voz de Jake en mi cabeza, tuve que procesarlo por un momento antes de ceder en contra de la lógica. Con la sensación de la mirada de Charlotte sobre mi espalda, tomé el teléfono y fingí llamar a la pastelería marcando a un número erróneo.

—No contestan, puede que se les haya dañado el teléfono —comenté y la miré antes de fingir querer marcar el número de nuevo —, no, mejor iré, te conseguiré el mejor pastel de todos si voy —le dije con seguridad y colgué el teléfono. No era una completa mentira porque obviamente debía ir por un pastel para que no sospechara sobre mi excusa.

—¿Quieres ir solo? —me preguntó con extraña sospecha.

—Yo iré con él —dijo Alice que bajaba las escaleras —, así el pastel será una sorpresa y Dan no se perderá en el camino —explicó ella, y su sonrisa parecía genuina, tal vez mi hermana sí tenía futuro en la actuación.

—Esto es sospechoso —dijo Caleb con un pedazo de pastel de carne en su mano y una mirada divertida —, se van los dos y nos dejan aquí solos, yo también quiero ir...

—Pues yo no —dijo Alice con mirada desafiante y el chico se rió, le gustaba cuando mi hermana actuaba así, empezaba a entenderlo poco a poco, era un hombre muy extraño.

—Está bien, Caleb y yo iremos a casa —dijo Charlotte y su hermano la miró con duda —, dónde los Blue —especificó ella y Caleb se metió el pedazo de pastel a la boca de un solo bocado. —No tarden tanto —fue lo último que dijo, se fueron primero y eso no me gustó, se sentía demasiado bueno para ser verdad.

—Vamos —Alice me empujó hacia la puerta —, ya tengo el dinero —dijo, para que no volviera a buscarlo, se veía con algo de prisa. Tal vez Jake también había hablado con ella o en realidad ya estaba preparada para escapar de allí con cualquier excusa y aprovechó mis planes indefinidos.

No dijimos nada mientras salíamos de la casa y nos alejábamos rumbo a la pastelería más lejana del barrio para tardar un poco más, y poner distancia entre los monstruos y nosotros. Cuando llegamos al lugar ya habíamos notado que alguien nos seguía, así hicimos un pedido y nos sentamos a esperar en una de las mesas. Jake apareció de un momento a otro y se sentó frente a nosotros.

No digas su nombre (Pausada)Where stories live. Discover now