Parte XXVIII "El consejo"

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Narra Shikamaru...

Ayer por la tarde llegue a Konoha, llegue totalmente rendido, pidiendo a gritos mi cama, y hoy, tuve que iniciar nuevamente mi rutina en Konoha, iniciando por un buen baño que enserio hacia falta. Mi mamá me cuestionó acerca del porqué había tardado tanto en regresar a la aldea, por que eso de que me había ido a una misión no me lo creyó ni un poco.

Baje a desayunar luego de bañarme, ya estaba mi desayuno servido, pero igual estaba mi madre parada en el otro borde de la mesa, esperándome con los brazos cruzados y el entrecejo fruncido. Ya sospechaba lo que estaba por cuestionar me y exigir me una respuesta creíble. Soy su único hijo, así que es entendible su preocupación hacia mi; después de todo, le hice pasar un mal rato cuando le informe aquella misión en el país del silencio en que casi me matan. Lo peor para los ancianos del clan Nara es que yo soy el líder, y no les fue muy preocupante el hecho de que iban a perder al líder, sino que esté líder no dejaría descendencia alguna.

– Exijo que me digas la verdad Nara Shikamaru. - exclamó mi madre.

Supongo que ya era la hora de decírselo, después de todo ya está hecho el asunto del matrimonio, sólo queda realizar nuevamente la organización de la boda, no sera con tanto lujo como esperaban los ancianos de Suna, pero aquí lo único que importa es que Temari pueda sentirse más a gusto.

– Te lo diré mamá, sólo toma lo con calma. - advertí.

Ella cambio la expresión en su rostro, la hablando ligeramente, y luego tomo asiento enfrente mio.

– Te escucho. - habló mas relajada.

– Me voy a casar con Temari.

No me respondió durante unos segundos, y la expresión que puso no logre descifrarla. Asumí en que el hecho de que haya elegido dar un paso más grande con Temari no le molestaría, pues se perfectamente que la adora.

– No me digas que fuiste a pedir su mano con sus hermanos y no me llevaste. - volvió a fruncir el entrecejo.

– Pues, sí. - Sonreí nerviosamente.

Se enojo por que ella esperaba estar presente en aquel momento, quería acompañarme a dar ese gran paso en mi vida; pero igual esperaba causar una buena impresión con el kazekage, Gaara, mi futuro cuñado.

– Tienes que hablarlo con el consejo del clan, hijo.

– Tranquila mamá, lo are. - Sonreí.

Obviamente el consejo estará feliz con la mujer que será la esposa del líder de los Nara, además de la matriarca del siguiente heredero del clan. Cabe destacar que, desde que fui asignado como el escolta personal de Temari, las personas de la aldea comenzaron con ciertos rumores que llegaron hasta los oídos del consejo, provocando que comenzaran a presionar a mi padre para que me aconsejara enamorarme a la princesa de Suna. Debido a la posición que tiene, la belleza que posee, las habilidades y el rango en que se encuentra ahora, todo esto combinado en una mujer es, de sumó valor para los ancianos. Pero mi padre jamas me lo dijo, más bien ha sido mi madre quien me lo contó después de percatarse de ciertas intensiones en nosotros: me dijo que mi padre prefirió guardase aquellas ideas del consejo, no quería que yo me sintiera presionado por ello, simplemente esperaba que yo eligiera a mi compañera de vida por mi cuenta, no por conveniencia.
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Llegue a la oficina del sexto para reportar mi llegada al trabajo, y luego fui a mi lugar de trabajo en que, ya tenia varios papales en el escritorio y en el piso también.

– Mendokuse. - me queje.

No tenía de otra, me la pase de vago un buen tiempo, y si quería mi paga completa para financiar mi boda con Temari, debía trabajar más de lo esperado. Tengo un compromiso con la problemática mujer que tengo de novia, y no puedo ni debo quedar le mal. Así que, a trabajar.

Cörazon Bipölar -Finalizada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora