CAPÍTULO II: EL PUEBLO

259 44 2
                                    

La vida es muy rápida; hace que la gente pase del cielo al infierno en cuestión de segundos. Pablo Cohelo

POV YTHA

- No, por favor, no los mates!- mi voz escapa en un terrible quejido cuando mi cuerpo corre a interponerse entre las flechas con plumas rojas y sus frágiles destinatarios pero como es costumbre me atraviesan sin dudar- *solo soy una proyección*- me recuerdo a mí misma.

Rápidamente me coloco sosteniendo la cabeza del recién caído en un intento inútil por sacar la flecha de su pecho y detener el sangrado.

- ¡Axis no!- Un enorme alarido recorre el lugar cuando otro de los guerreros ve al que ahora sostengo en mis invisibles brazos caer como un tronco al suelo.

La similitud entre estos dos sujetos es impresionante sus blancos y largos cabellos son idénticos y sus ojos verdes resaltan como dos esmeraldas en sus afilados rostros,

- * Este es un nuevo detalle*- pienso para mis adentros cuando el segundo guerrero corre a su rescate mientras otra amarga saeta le atraviesa el hombro.

De los arbustos sale un arquero totalmente desconocido para mí,- *también es nuevo sin duda alguna*- reflexiono mientras el sujeto se acerca tranquilamente a las dos víctimas y les coloca una mano en el pecho a cada uno,

- Lo siento- dice el arquero con una pesadez notable en su voz de forma tal que casi puedo percibir el arrepentimiento en su timbre vocal - si tuviese más flujo de la naturaleza y no fuese un exiliado no nos viésemos envueltos en este caos.

- ¿Flujo de la naturaleza? ¿Exiliado?- pregunto en voz alta como si alguien pudiese oírme y explicarme qué está pasando cuando obviamente nadie ni siquiera nota mi presencia es esta escena.

- No, por favor, tenemos hijos esperándonos en casa- suplica el segundo de los guerreros cuya flecha le atraviesa el hombro provocando un torrente continuo de sangre.

Pero ni ante esta súplica el rostro del perpetrador ni su expresión fija en los heridos tambalean o dudan.
De repente un viento descontrolado azota el lugar, los ojos del arquero se tornan blancos y líneas verdes se crean entrelazando sus manos y el pecho de los guerreros caídos.

- Natura, vita, seng y calor, sem elfo sanguinario invocte sem portador (naturaleza, vida, sangre y calor, el elfo sanguinario invoca el portador)- pronuncia en un tono sombrío cuando su cabello negro comienza a tornarse blanco por mechones a la par que los blancos cabellos de los caídos se tiñen del color del azabache.

Todo esto es ajeno para mí, nunca había experimentado esta parte del sueño, ni siquiera entiendo que significan las palabras que acabo de oír. ¿Qué es el flujo de la naturaleza o por qué sus cabellos se vuelven negros si antes eran blancos y viceversa? Todo es demasiado confuso en mi mente, pero algo es constante: esa sensación de dolor mientras el arquero absorbe el color de los cabellos de los guerreros caídos como si me estuviesen extrayendo un pedazo del alma.

Observo atónita todo el proceso hasta que los cuerpos se desvanecen en la tierra fundiéndose en un nuevo retoño de algo que parece ser un pequeño árbol, y entonces todo tiembla, el aire se hace más pesado y las aves se descontrolan....ya sé lo que sigue, miro hacia las montañas y aparece él: mi caballero de siempre, espero con ansias que castigue al arquero por terminar con la vida de dos personas inocentes y convertirlos en árboles.

Su armadura es tan brillante como de costumbre, su pelo negro adorna su ancha espalda, mientras una pequeña franja de piel se asoma por la separación entre sus guantes y el resto de la armazón dorada. Adoro este momento de mis sueños, cada día intento enfocarme más en esta presencia, en por qué me hace sentir tan nerviosa y curiosa a la vez.

Pasado Y DestinoWhere stories live. Discover now